Las dudas sobre el futuro de Juan Villalonga al frente de la operadora se despejaron en el Consejo celebrado ayer, ya que eran muchos los que esperaban una dimisión o un cese, pero al no producirse el dinero entró en Telefónica y finalizó con una subida del 3'49 por ciento, que le reportaron un aumento de su capitalización en casi 409.000 millones de pesetas. Esta subida se sumó a la registrada el martes, en la que el avance fue del 4'62 por ciento, con lo que el aumento de capitalización ha sido de 900.000 millones en dos días.
No obstante, los analistas aseguran que aunque al mercado «le gusta la gestión que lleva Villalonga de la operadora», el valor puede sufrir nuevos altibajos, porque al presidente de Telefónica «le han salido enemigos muy poderosos y en cualquier momento «se sacará a la luz un nuevo escándalo para socavar la confianza de los inversores». Y es que en dos horas de reunión, el Consejo de Administración de Telefónica no tomó ninguna decisión crucial, ya que los dos accionistas del 'núcleo duro', BBVA y La Caixa, han decidido no forzar la dimisión de Villalonga hasta que concluya la investigación de la CNMV sobre si el presidente de la operadora utilizó o no información privilegiada en sus operaciones bursátiles.
Este consejo correspondiente al mes de junio había suscitado gran expectación, pues se esperaba que los consejeros pidieran explicaciones a Villalonga sobre su compra de opciones de la compañía en enero de 1998, ya que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) abrió la semana pasada un expediente informativo sobre este asunto. Villalonga expuso a los miembros del Consejo su posición sobre el expediente informativo abierto por la Comisión Nacional del Mercado de Valores sobre la compra de opciones sobre acciones de la operadora que realizó en enero de 1998. Villalonga, que explicó a los consejeros su postura por propia decisión y sin que ningún miembro del órgano ejecutivo le realizara ninguna pregunta, según informaron fuentes próximas a la operadora.