Rosa Díez, eurodiputada socialista, anunció ayer que una de las enmiendas que presentará a la ponencia-marco propondrá que si el candidato no obtiene el 51 por ciento de los votos en una primera votación, se celebre una segunda vuelta entre los dos aspirantes mejor situados, con el fin de dotar al secretario de una «mayor legitimidad». La aspirante a liderar a los socialistas aseguró que con su proyecto pretende «sumar» dentro de la organización, y se mostró convencida de que con el mismo se puede convertir en el «eje de integración» entre los dos extremos del PSOE, los del ala izquierda y los moderados.
Por su parte, el presidente de Castilla-La Mancha señaló en Toledo que el PSOE, para ganar las elecciones, debe «recuperar el prestigio», y consideró que tanto éste como «el sentido común» se recuperan «con cierto nivel de alegría, y no con críticas internas, al menos no tan extendidas como a veces ocurre». José Bono afirmó que «me duele mucho que alguien interprete que quiero dar una lección», para añadir que «no quiero darla, pero nos empeñamos en ganarnos las batallas unos a otros, los socialistas acabaremos perdiendo la guerra».
La ex ministra Matilde Fernández, aspirante al mismo puesto que los dos anteriores, quiso dejar claro que no se ha presentado «voluntaria» a la candidatura a la secretaría general, sino porque «me han pedido muchos cuadros de mi organización que aceptara y liderara a un equipo».