El ex presidente del Gobierno Felipe González pidió ayer a aquellos, en clara referencia a Rosa Díez, que buscan la renovación del PSOE que «jubilen de una puñetera vez» a la generación del Congreso socialista de Suresnes si ello sirve para que se sientan «sólo medio kilo más orgullosos que la derecha» del cambio político que impulsó su partido. El ex presidente aseguró que el PSOE no puede olvidar su herencia histórica, ya que de lo contrario no será capaz de renovarse.
Sobre sus declaraciones sobre el papel del también ex presidente Adolfo Suárez en la elaboración de la Constitución, aclaró que fueron «deliberadamente malinterpretadas», que él nunca criticó a Suárez, que es «amigo» suyo, y que otros, como el presidente José María Aznar, no querían entonces la Constitución, aunque ahora sí la defiendan. González aseguró que todavía está disponible para el partido, pero que esa disponibilidad «tiene un límite». Además, anunció que ni criticará ni apoyará a ningún miembro del partido, al contrario que hasta ahora, ya que aseguró estar «en la realidad de lo concreto y que exige el mundo del siglo XXI y en eso voy a seguir».
El ex presidente, que hizo estas declaraciones en un acto de homenaje al presidente de MCA-UGT, Manuel Garnacho, recordó la participación del PSOE durante la Transición, época en la que hizo «lo que tenía que hacer», considerando el socialismo democrático como «un camino y no una meta».
Advirtió a sus compañeros de partido que no se puede ceder la identidad histórica «a quienes no la tenían, pero la pueden tener», es decir, al Partido Popular.
Mientras, los guerristas, encabezados por el ex vicepresidente Alfonso Guerra, presentarán hoy un manifiesto ante más de 3.000 militantes del PSOE, para dar a conocer su propuesta alternativa a la ponencia oficial e impulsar la candidatura de la ex ministra de Asuntos Sociales del PSOE, Matilde Fernández.