El ex presidente del Gobierno Felipe González considera que el Ejecutivo de José María Aznar es el responsable de la «fractura político-social más seria» que se ha producido en el País Vasco desde la transición. Además, reprocha al presidente del Gobierno que no se responsabilice de la situación y se limite a echar la culpa al PNV. González critica, en una entrevista concedida al semanario mexicano «Proceso», el hecho de que «mientras la intensidad de la destrucción provocada por ETA en asesinatos es menor», se está viviendo una «cosa terrible», como es, en su opinión, que a «menos muertos», se consigan «más votos».
«Es decir, con menos asesinatos, consiguen mucha más división sociopolítica y fractura. ¿Cómo se aproximan a eso? Primero no haciéndose responsables de nada y haciendo responsable al PNV», resume.
González también habla de los GAL en la entrevista. El ex presidente se pronuncia en contra de la sentencia condenatoria contra el general Rodríguez Galindo y el ex gobernador civil de Guipúzcoa Julen Elgorriaga por el «caso Lasa-Zabala». A su juicio las penas son «injustas» y dice que «los jueces no tienen derecho a condenar a unos inocentes». «Tengo la convicción de que ellos no fueron los autores ni de los secuestros ni de los asesinatos», asegura.
Según González, «tenemos un Gobierno políticamente irresponsable» y «no vamos por el camino adecuado. También critica la política económica desarrollada por el PP, al que acusó de no haber hecho casi nada nuevo desde el punto de vista macroeconómico». «La primera medida de flexibilización liberalizadora que proponen ahora para controlar la inflación es la liberalización de los horarios comerciales, a la que se opuso el Partido Popular cuando yo lo propuse en 1985», recuerda. A su juicio, lo único «notable» que ha hecho el Ejecutivo ha sido «privatizar para crear una nueva oligarquía», algo que, en su opinión, «han hecho contradictoriamente». Respecto a la situación por la que atraviesa el PSOE, González señala que el problema de su partido ha sido «mirarse hacia adentro y discutir siempre los problemas de dentro, que no interesan a nadie». En este sentido, anima sus compañeros de filas a tomar «conciencia de la identidad histórica» para poder abordar la renovación en el PSOE. En su opinión, la «verdadera renovación» consistiría en «estar en conversaciones que anticipan el futuro, asumiendo que el pasado ha sido fantástico, el mejor de la historia de España».