Dirigentes del PP del País Vasco y del PSE/EE, opinaron ayer que los documentos de ETA sobre el proceso que llevó a la declaración de una tregua y su posterior ruptura dejan claro que la banda terrorista nunca tuvo intención de iniciar un proceso de paz, sino acelerar el de construcción nacional. Esta teoría fue esgrimida también por el ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, quien dijo ayer que con los datos publicados este fin de semana por «Gara» se comprueba que no había «proceso de paz», sino de construcción nacional y una «trampa» (como reconoce la propia ETA) para los gobiernos español y francés; estimó que «estábamos y estamos ante una ofensiva nacionalista de primera magnitud con el único objetivo de la independencia» y aseguró que la organización inició esa ofensiva tras conseguir que el PNV y EA se sumaran a la misma estrategia.
Para Mayor Oreja, la revelación de todo el proceso previo supone «una venganza, una vendetta» de ETA contra los partidos nacionalistas vascos por considerar que sus dirigentes han mentido respecto al contenido de los acuerdos que firmaron antes de que la organización terrorista declarara la tregua.
Para el ministro la sucesión de encuentros que detalla la organización terrorista demuestra que «los partidos nacionalistas no han dejado de mentir durante dos años» y no han dicho «más que falsedades» con el fin de ocultar el acuerdo político previo que habían suscrito antes de que ETA anunciara el cese de la violencia.
ETA confirma, en la segunda entrega de los documentos en los que revela los contactos y acuerdos con PNV y EA que precedieron a la declaración de alto el fuego de 1998 y los motivos de su ruptura en noviembre de 1999, que el «acuerdo» firmado con PNV y EA, no perseguía la normalización, sino «un compromiso serio con la construcción nacional para abordar el camino hacia la territorialidad y el derecho a la autodeterminación».