Éste no fue, sin embargo, el único acto de violencia callejera ocurrido en la madrugada de ayer en Navarra, ya que unos desconocidos lanzaron líquido inflamable contra una oficina del Inem de Santesteban causando daños en su interior, según la delegación del Gobierno, que informó de que una de las líneas de investigación abierta tras el ataque de Villava se centra en la presencia de tres jóvenes a quienes se vio abandonar corriendo el lugar de los hechos.
El artefacto explosivo, colocado junto a la vivienda del policía nacional, en la cuarta planta de un inmueble situado en la calle Agustín García, estaba compuesto por dos bombonas de camping gas, dos cohetes pirotécnicos y gasolina y causó daños de consideración en el rellano de la escalera en esa planta y afectó de manera importante a los pisos superiores del edificio, así como al ascensor y a la instalación eléctrica.
Como consecuencia del incendio, un vecino del inmueble, Faustino Ariztegi, sufrió quemaduras en las manos al asirse a la barandilla de la escalera en el momento que salía de su vivienda tras darse cuenta de que había fuego en el edificio. Después de ser atendido en el Hospital Virgen del Camino fue dado de alta y regresó a su domicilio.
A lo largo del día fueron numerosas las personalidades de la política navarra y estatal que condenaron este ataque, entre ellos el ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, quien subrayó que «el camino de dar la razón a quienes practican la violencia está abocado al fracaso».
El alcalde de Villava, Alfonso Ucar (UPN), y los concejales de esta corporación José Luis Uriz (PSN) y Pablo Archel (IU) se trasladaron hasta la vivienda del agente, desde donde mostraron su rechazo a este ataque, que será objeto de un pleno extraordinario mañana.