José María Aznar se dirigió, durante su discurso de investidura, al PNV para exigirle que abandone cualquier estrategia de ruptura constitucional, que calificó de «inaceptable», y que confirma «a los terroristas en la idea de que el uso de la violencia, o la mera amenaza, son instrumentos útiles para alcanzar sus objetivos políticos». Aznar comenzó su discurso dirigiéndose a los partidos nacionalistas vascos y aludiendo al problema del terrorismo, contra el que aseguró que su Gobierno acometerá una «lucha infatigable», que se extenderá también a quienes la sostienen y «dan cobertura».
Así, en referencia al PNV calificó de «inaceptable» la estrategia de ruptura con el marco político y jurídico que está manteniendo y que, a su juicio, «pretende desbordar espacios de acuerdo tan laboriosamente construidos», en alusión al Estatuto de Gernika. Por ello, exigió al PNV que sea «coherente» con sus principios democráticos y abandone «cualquier estrategia que confirme a los terroristas en la idea de que el uso de la violencia o la mera amenaza son instrumentos útiles para alcanzar sus objetivos políticos». En este punto, reafirmó el compromiso de su Gobierno «con los valores y principios en que se funda la vertebración constitucional de España como Nación plural» y definió la Constitución como «el mejor marco para ordenar en paz y libertad la convivencia de los españoles».
En referencia a las pasadas elecciones del 12-M en el País Vasco, aseguró que significaron una especial «victoria de la democracia», ya que el pueblo vasco ha dado el fracaso a aquellos que «han despreciado los derechos y libertades individuales» y quisieron «silenciar la voz de los ciudadanos», en alusión a EH.
Recordó que hace ventidós años todos los españoles decidieron construir «juntos el futuro», con una Constitución que articuló jurídicamente un modelo de Estado democrático en el que todos cupieran, «sin poner en cuestión los fundamentos de la convivencia». Así, aseguró que la idea de España que tiene su Gobierno, de forma compartida con las demás formaciones políticas del Parlamento, es la que expresa la Carta Magna.