El artefacto, de las mismas características que los utilizados en otras ocasiones por ETA, estaba compuesto por 250 gramos de dinamita, posiblemente robada en septiembre en Plevin (Bretaña francesa) y tenía seis agujeros, cada uno de ellos con una célula fotoeléctrica. Montado en una caja de puros Montecristo número 1, estaba preparado para que explotara al quitarle el papel rojo opaco en el que iba envuelta, pero el estallido no se produjo, al parecer por un fallo.
Mayor Oreja dijo que no se puede concluir que exista un comando terrorista estable en Sevilla y calificó de «prácticas nazis» los últimos ataques violentos, al tiempo que señaló que es evidente que unos utilizan la palabra, «en ocasiones descarnada», y otros la violencia, pero también que para que no se pueda hablar de ese reparto de papeles, es necesario que el PNV rompa con «el frente de Estella». A su juicio, «uno no se puede quejar de las críticas que recibe en los medios», en referencia a las protestas de los dirigentes del PNV por sentirse maltratados en RNE, donde trabaja Herrera, porque, dijo, «se sabe que cuando se acusa de una determinada manera se está impulsando a aquellos que hacen de esas prácticas nazis, del terrorismo, su manera de estar presente en la sociedad, les animan». El portavoz del Gobierno en funciones, Josep Piqué dijo que el Gobierno «va a perseverar en su política antiterrorista» y va a aplicar la ley no sólo contra los comandos sino contra el entramado mediático, societario, de financiación, de relaciones internacionales, político o social.
Herrera, quien dijo ayer en su programa que los periodistas «están ahora en el objetivo principal de una banda terrorista», señaló que el envío «llevaba el remite de un individuo que existe, de una calle que existe, y fue entregado a un repartidor, a un empleado de una agencia de transportes en plena calle, en Sevilla, hace unos pocos días».