El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales en funciones, Juan Carlos Aparicio aseguró ayer que el Gobierno no tiene ninguna postura cerrada sobre la reducción de la indemnización por despido hasta los 20 días por año trabajado. Los sindicatos consideran un «atentado contra los derechos de los trabajadores» el recorte de indemnizaciones.
UGT considera que la reducción de las indemnizaciones por despido hasta los 20 días por año trabajado supondría «un atentado» a los derechos de los trabajadores «que no tendría ningún efecto sobre el problema pendiente de la excesiva temporal y rotación del empleo». Así asegura que esta medida no responde a un análisis riguroso de la experiencia de las medidas tomadas en el Acuerdo Interconfederal para la Estabilidad del Empleo. Para el sindicato, la contratación indefinida, tal y como se planteó en el Acuerdo de Estabilidad, está dando unos resultados «extraordinariamente satisfactorios, como demuestra la masiva utilización por las empresas de los contratos indefinidos para aumentar el empleo». UGT solicitó en un comunicado al presidente del Gobierno, José María Aznar, que defina la naturaleza del diálogo social que pretende impulsar en la próxima legislatura y se aleje de «cualquier concepción instrumental del mismo», ante la reunión que mantendrá con Cándido Méndez el viernes.
El sindicato reitera su deseo que el proceso de diálogo social se inicie con el mayor sosiego posible, «por lo que rechaza toda precipitación y reacción compulsiva que pueda perjudicar la búsqueda de soluciones eficaces consensuadas a los problemas sociolaborales».
Por su parte Antonio Gutiérrez expresó su oposición a que se siga abaratando el despido, al considerar que la contratación indefinida ha funcionado «bastante bien» en España, en contra de la temporal, «que continúa teniendo un mal efecto».
El ministro Aparicio explicó, tras la reunión que mantuvo ayer con líder de CCOO, Antonio Gutiérrez, que «las propuestas que tenga que hacer el nuevo Gobierno corresponden al mismo, y el Ejecutivo no tiene ninguna postura cerrada al respecto». Aparicio señaló la experiencia «positiva» del proceso de reforma laboral de 1997, un «magnífico modelo "dijo" que debe tenerse en cuenta» y que pactaron los sindicatos y la patronal.