El financiero Javier de la Rosa, que afronta desde ayer en Barcelona su primer juicio por supuestas irregularidades cometidas en su actividad empresarial, en concreto por una presunta estafa a los antiguos dueños del grupo KIO, se ha negado a responder a las preguntas de la acusación. La Sección Décima de la Audiencia de Barcelona inició ayer el juicio contra Javier de la Rosa, para quien el fiscal ha pedido 3 años de prisión y una multa de 9 millones de pesetas por los presuntos delitos de falsificación de documento mercantil continuada y de estafa en grado de tentativa.
Al comenzar el juicio, el abogado del financiero planteó al tribunal diversas «cuestiones previas» por las que pedía que el juicio fuese aplazado o suspendido. Algunas de ellas se referían al hecho de que Javier de la Rosa tiene juicios pendientes en diversos tribunales, concretamente uno de Londres y otro en Madrid, y consideraba que se podía dar la circunstancia de estar siendo juzgado varias veces por las mismas causas, pero el tribunal negó esta posibilidad de duplicidad y ha asegurado que las acusaciones no son las mismas.
El letrado también cuestionó «la legitimidad» de la acusación particular, que representa a KIA, el organismo estatal de finanzas de Kuwait, por ser precisamente una entidad pública, pero los magistrados han valorado el hecho de que KIA se ha personado como parte perjudicada, al repercutirle directamente la presunta estafa a KIO. El hecho de que no comparezca al juicio el principal testigo de cargo, el ex presidente de KIO, Al-Sabah, refugiado en las Bahamas y que ha expresado su intención de no pisar suelo español por su implicación en el «caso KIO», también fue alegado por la defensa del financiero acusado.