Siete personas resultado heridas en el atentado con coche-bomba ocurrido anoche en el barrio de Intxaurrondo de San Sebastián. La explosión se produjo a las 21'45 horas en el Paseo de Zarategi al paso de un Nissan Patrol blindado de la Guardia Civil, en el que viajaban dos agentes, un hombre y una mujer, cuando hizo explosión un coche aparcado en doble fila accionado a distancia. Los dos guardia civiles resultaron heridos de diversa consideración.
Fuentes de la ertzaina informaron que no corre peligro la vida de ninguno de los siete heridos. Según informó la subdelegación del Gobierno en Guipúzcoa, los dos agentes sufren heridas de «mediana consideración», mientras que el estado de los otros cinco, todos ellos civiles, no reviste gravedad.
Dos de los heridos podrían ser los ocupantes de un coche que circulaba detrás del instituto armado. Los restos del vehículo de la Guardia Civil quedaron extendidos en un radio de 50 metros, mientras que el coche-bomba, tras arder, quedó reducido a un amasijo de hierros. La explosión causó también la rotura de cristales y escayolas de los bajos de un gran número de edificios de la zona, que ha sido acordonada y en la que se encuentran efectivos de la Ertzaintza y de la Guardia Civil. Según los testigos, por la dirección en que circulaba el Patrol de la Guardia Civil, éste podría dirigirse hacia el cuartel de Intxaurrondo, situado a unos 800 metros del lugar del atentado.
Tres miembros de la Cruz Roja de San Sebastián, cuya sede se encuentra a escasos metros del lugar del atentado, fueron las primeras personas en atender a los dos agentes heridos, quienes, aturdidos por la explosión, «preguntaban constantemente el uno por el otro», según relató Iñigo Rodríguez, uno de los voluntarios.
Rodríguez explicó a los periodistas que sus compañeros y él salieron rápidamente a la calle tras oír la explosión y vieron un vehículo ardiendo (el coche bomba) y una situación de «desastre total», tras lo cual se acercaron «con mucho miedo» al lugar y vieron a una agente de la Guardia Civil tendida en el suelo y a su acompañante, que estaba de pie. «La mujer estaba consciente, pero desorientada, se quejaba de dolores a la altura del abdomen y las costillas. Al lado estaba su compañero, consciente y más orientado que ella, con heridas inciso-contusas y cortantes en la cabeza», señaló el joven voluntario.