El PSOE, IU y Nueva Izquierda pidieron ayer la dimisión del ministro Portavoz del Gobierno, Josep Piqué, por sus «turbias» gestiones empresariales cuando ocupaba uno de los más altos cargos en el Grupo Ercros y, en concreto, por su participación en la venta de Ertoil, una de sus filiales. Por su parte, el portavoz del Gobierno aseguró no ver qué hay de raro en «protocolizar un documento que no es de compra-venta ante un notario que la hace pública él mismo». «No lo acierto a comprender», añadió.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, y tras ser preguntado en varias ocasiones sobre el porqué de que el dato de la protocolarización de la compra-venta de Ertoil no había sido expuesto durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados, Piqué señaló que no recordaba si entonces lo había mencionado, pero aseguró que, en todo caso, «no me parece relevante».
Josep Piqué explicó que no se sentía impresionado por el hecho de que la operación Ertoil, que es «conocida desde hace año y medio» y que fue objeto de una comparecencia a petición propia en el Congreso, «salga de nuevo con grandes alardes el día que comienza la campaña electoral». En todo caso, aseguró haber dado «las explicaciones que tenía que dar» y que tiene la conciencia tranquila. Subrayó que si tuviera alguna duda sobre su honorabilidad nunca habría aceptado ser ministro.
Poco antes de la comparecencia de Josep Piqué tras el Consejo de Ministros, el secretario de Relaciones con los Medios del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, instó al portavoz del Gobierno a aprovechar esta ocasión para explicar qué relaciones mantuvo con Javier de la Rosa en Ertoil y en Ercros, «porque aparece en casos de estafas y alzamientos de bienes muy graves para un ministro».