La manifestación convocada por los firmantes del Pacto de Estella convocó a unas 100.000 personas y discurrió ayer tarde en completa normalidad por el centro de Bilbao, a pesar de la existencia de dos distintos mensajes en la misma. Y es que mientras PNV, EA e IU-EB marcharon en silencio tras el lema 'Por la Paz. ETA párate. Gobiernos de España y Francia moveos. Euskal Herria tiene la palabra', EH desfiló varios metros por detrás con una pancarta en la que se sustituían las peticiones de fin de la violencia a la banda terrorista, por otras sobre los presos y la salida de las Fuerzas de Seguridad españolas del País Vasco, y gritando consignas en favor de la libertad para los presos etarras.
Hacia las cinco y media de la tarde comenzó la manifestación convocada por PNV, EA e IU por el centro de la capital vizcaína, con la vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia al frente, y con la participación de la práctica totalidad del Gobierno vasco, a excepción del lehendakari. Portaban también la pancarta el presidente del PNV, Xabier Arzalluz; la presidenta de EA, Begoña Errazti, y el coordinador general de IU-EB, Javier Madrazo.
El silencio que reinaba entre los manifestantes, a los que también se unieron diversos sindicatos y grupos sociales, quedaba roto únicamente por los aplausos de la gente junto a la que pasaban los participantes en el acto. A varios metros de distancia circulaba la manifestación convocada por Euskal Herritarrok, encabezada por una pancarta en la que se leía 'Democracia vasca. Presos a casa. Fuera de aquí (en alusión a las FSE). Euskal Herria tiene la palabra y la decisión'. Al no ser una movilización silenciosa, cada poco tiempo se escuchaban consignas como «amnistía» o «presos a casa».
En el trascurso de la manifestación, Xabier Arzalluz afirmó que la sociedad vasca ha demostrado que «no quiere tiros», pero tampoco «inmovilismo», para añadir que «ésos que vienen detrás (en referencia a EH) están en su manifestación. Si no aceptan esto no son de esta manifestación, por muchos que vengan». Por su parte, el portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, afirmó que este acto reivindicativo es una expresión del «ansia de paz» de la sociedad vasca, instando a trabajar para «hacer avanzar el diálogo entre todas las fuerzas políticas vascas para alcanzar la paz».