El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, propuso ayer que convendría tener en cuenta en el futuro una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal con el fin de defender los intereses españoles en el ámbito internacional y teniendo en cuenta «el peligro que existe de multiplicidad de actuaciones judiciales, que pueden afectar a terceros países», con los que España tiene una «excelente relación de hermandad, y que podría perjudicarla». «Es importante pensar en la conveniencia de una reforma», aseguró el titular de Exteriores, pero señaló que no la ha planteado en «términos urgentes ni referida a un sólo caso ni a un caso concreto siquiera, sino en términos generales», no queriendo hacer alusión directa al 'caso Pinochet' o al caso de los militares argentinos.
En opinión de Matutes, la reforma de esta ley es una buena reflexión que quizá no se hizo hace tiempo, pero que en estos tiempos convendría tener en cuenta para el futuro. No obstante, insistió en destacar también su «amplia y estrecha solidaridad» con las víctimas de la represión de esas dictaduras.
El ministro de Exteriores subrayó que hay que defender los intereses del España en el escenario internacional, ya que se hace «muy difícil mantener una política exterior de hermandad y amistad sin poder disponer de instrumentos que otros países sí otorgan a sus gobiernos».
Reiteró que, desde el pleno respeto al ordenamiento jurídico, y las decisiones judiciales, «el Gobierno cumple y ejecuta con ejemplaridad, también tenía la convicción de que España no puede erigirse en justiciero universal».