La Comisión Europea prevé un crecimiento económico para España en 1999 del 3'6%, una décima por debajo de las previsiones oficiales españolas, así como una inflación del 2'3%, también una décima por debajo de las expectativas del Gobierno español, que espera terminar el año con un 2'4%. Para el próximo año, Bruselas espera un crecimiento en España del 3'6%, con un IPC del 2'2% "dos décimas por encima de la previsión oficial", y de un 3'5% en el 2001, con una subida de los precios del 2%.
De esta manera, según las previsiones de crecimiento de la Unión Europea en otoño, hechas públicas ayer por el comisario responsable de Economía y Finanzas, Pedro Solbes, España superará con creces la previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) esperada para los Quince, que, según los datos de Bruselas, será del 3% en el 2000 y en el 2001, mientras en la 'zona euro' este dato baja hasta el 2'9% en ambos años.
Respecto a la inflación, los precios españoles estarán tanto este año como en los dos próximos por encima de la media fijada por el Banco Central Europeo (BCE) para los países que integran Unión Europea, que será del 1'2% este año, del 1'5% en el 2000 y del 1'6% en el 2001, mientras para la 'zona euro' estos datos se rebajan en una décima. Bruselas achaca este incremento en los precios de los Quince a la caída registrada por el euro frente al dólar, así como por la fuerte subida del precio del barril de petróleo.
A pesar de ello, Pedro Solbes, durante la presentación de los datos, aseguró que la Unión Europea se encuentra en un periodo de «sólida recuperación» y destacó la mejora en los datos de reducción del desempleo. Asimismo, señaló que esta situación favorable se «produce sin presiones inflacionistas excesivas», aunque apuntó que «hay que seguir vigilando el comportamiento» de los precios.