El ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Juan Gabriel Valdés, anunció ayer que su embajador en España, Sergio Pizarro, será llamado en breve a Santiago «para consultas» por un periodo breve de tiempo.
Esta es la segunda ocasión en que el Gobierno del presidente Eduardo Frei convoca a su representante diplomático en Madrid desde la detención de Pinochet.
«Estamos revisando la situación y nos interesa mucho la opinión del embajador», declaró el titular de Exteriores. El embajador Sergio Pizarro ha sido convocado después de que el Gobierno de Chile anunciara el miércoles que se replanteará «todas sus relaciones» con España, a raíz de la negativa de Madrid de someter a arbitraje internacional el «caso Pinochet».
En cualquier caso, Valdés descartó por ser «poco práctico y poco inteligente», la retirada del embajador en Madrid, a raíz de las diferencias surgidas entre Chile y España por el «caso Pinochet».
Sobre esa base, afirmó que la llamada a consultas del embajador Pizarro «expresa el momento actual de las relaciones con España, es una señal de lo que está ocurriendo».
Por otra parte, Valdés reiteró que la decisión de recurrir a La Haya ya está tomada y afirmó que para ello «no se necesita conversar con España, basta con que presentemos la demanda».
Dijo que, antes de presentar dicha demanda, el gobierno esperará a que el tribunal británico fije las razones exactas del juicio de extradición del general Pinochet a España, que comenzará el próximo día 27, y admitió que en La Haya Chile puede perder. El Gobierno, a través de Josep Piqué expresó su esperanza en que Chile no «ponga en cuestión el Estado de Derecho» con acciones «discriminatorias» contra intereses españoles y consideró que la decisión del Gobierno chileno de llamar a consultas a su embajador en Madrid «forma parte de la tradición diplomática normal».
La aplicación de medidas contrarias a las empresas españolas por parte del Gobierno chileno, tendría como consecuencia que la UE paralizase los acuerdos y la cooperación que mantiene con este país.