El president de la Generalitat, Jordi Pujol, que ya ha anunciado una subida de entre 6.000 y 8.000 pesetas que puede afectar a unos 69.000 pensionistas catalanes, reiteró ayer que la misma no atenta contra la «caja única» de la Seguridad Social.
El ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, calificó de «estrictamente electoralista» y basado en el «absurdo» el argumento del diferencial de la inflación utilizado por Pujol para subir las pensiones.
Añadió que atenerse al IPC supondría tener en cuenta los distintos aumentos de la inflación en las diferentes provincias catalanas, por lo que, de seguir en esa línea, Pujol tendría que subir las pensiones de forma dispar dentro de toda Catalunya.
En opinión de Pimentel, las propuestas de algunas autonomías para elevar la cuantía de las pensiones más bajas es «una carrera hacia el absurdo y que perjudica básicamente a los pensionistas», por lo que dijo que el Gobierno va a intentar frenar «esta carrera de locura» tomando las medidas legales a su alcance.
Indicó que si finalmente las autonomías ponen en práctica tal decisión, el Ejecutivo recurrirá al Constitucional, como hizo en su día con Andalucía, y recordó que dicho organismo todavía no ha sentenciado, «no ha entrado en la cuestión de fondo».
Ante la oleada de críticas que ha suscitado esta decisión, que la Generalitat prevé aprobar el próximo día 31, Jordi Pujol ha reiterado que obedecen a criterios de compensación por un mayor nivel de inflación.
Pujol ha añadido que este diferencial de inflación se produce en otras comunidades, por lo que CIU planteará en la próxima reunión del Pacto de Toledo la búsqueda de fórmulas para corregir, en las autonomías que lo precisen, la pérdida de poder adquisitivo.