El gobierno catalán dejó ayer listo para su aprobación definitiva el aumento de las pensiones no contributivas, pese al rechazo a esta medida expresado por diversos miembros del ejecutivo de José María Aznar.
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, ha confirmado antes del inicio de la reunión del Consell Executiu que esta cuestión sería abordada ayer, si bien no será posible su aprobación definitiva hasta que el aumento no reciba luz verde, por medio del dictamen técnico del gobierno autonómico.
Pujol se ha remitido a la rueda de prensa que ofrecerá hoy en la localidad de Prada, donde clausurará la Universidad Catalana de Verano (UCE), para explicar la cuantía del aumento de estas prestaciones, que podría oscilar entre las 6.000 y las 8.000 pesetas, según adelantó el conseller de Trabajo de la Generalitat, Ignasi Farreres.
El aumento de las pensiones no contributivas concretado hoy por el gobierno catalán tiene como objetivo compensar a los pensionistas afectados por el diferencial de inflación entre Cataluña y el conjunto de España.
La decisión de la Generalitat, anunciada a principios de agosto por Jordi Pujol, ha originado un debate político que ha llevado al Gobierno a adelantar a septiembre la reunión del Pacto de Toledo sobre pensiones, prevista inicialmente para abril del próximo año.
Las reacciones políticas del Gobierno no se han hecho esperar y, en este sentido, el vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, ha dicho hoy que la subida de las pensiones no contributivas «supone el peor paso en los últimos veinte años contra el futuro de la Seguridad Social.