El presidente del Gobierno, José María Aznar, ratificó el sábado por la noche en la localidad de Alcora, en Castellón, en una cena ante unos 1.500 militantes y simpatizantes del PP, que no habrá adelanto de las elecciones generales, que mantendrán su fecha de celebración en el año 2000. De esta forma, Aznar disipó las dudas en torno a la fecha de los comicios y acallaba las voces que, incluso dentro de su formación y de su propio Gobierno, apuestan por un adelanto de los comicios.
«Deseo terminar la legislatura. Creo que es bueno para España y no estoy dispuesto a desarrollar una política de ocasión ni una política de ventaja fácil. Creo que la estabilidad incrementa el prestigio y es bueno para nuestro país», argumentó Aznar.
En esta línea, el jefe del Ejecutivo hizo un llamamiento a sus socios parlamentarios para que respondan «al reto de estabilidad que todavía tenemos», a pesar de que haya elecciones en Cataluña y populares y convergentes, socios de Gobierno, se enfrenten en estos comicios, ya que el mantenimiento de esa estabilidad es «un acto de responsabilidad por parte de todos».
Aznar admitió que en un Parlamento y en un país acostumbrado hasta ahora a que se prometieran cosas «que luego no se cumplían», puede sorprender que él dijero que iba a agotar la Legislatura y lo vaya a cumplir, pero insistió en las ventajas que la estabilidad ha producido en España.
Es más, haciendo una proyección de futuro aseguró que, si es elegido candidato a las generales por su partido, luchará por cuatro años más de estabilidad, es decir, por otra Legislatura completa que le permita cumplir el programa y las reformas ya iniciadas.