El vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía, Rodrigo Rato, afirmó ayer que el Pacto de Toledo «es el único camino razonable, positivo y leal con los pensionistas para debatir las pensiones públicas».
En una entrevista, el ministro de Economía señaló que «lo que pide el Gobierno es que, si se quieren tomar decisiones sobre las pensiones, estas se tomen sin poner en peligro la homogeneidad y la solidaridad en España, de forma que todas las pensiones públicas que dependen del Gobierno de la nación sean iguales para todos los españoles, independientemente de donde vivan».
En respuesta a la pregunta de en qué marco y plazos debería realizarse el debate sobre las pensiones no contributivas, Rato precisó: «sobre las pensiones públicas. Debátase el Pacto de Toledo tres meses antes si se quiere».
El titular de la cartera de Economía y Hacienda recordó que la revisión del Pacto de Toledo «se tenía que empezar a debatir en el año 2000» y subrayó «pues bien, empiécese a debatir en el año 1999».
Rodrigo Rato continuó diciendo que a los ciudadanos hay que darles «un poco de seriedad y un poco de estabilidad en algo que llevábamos tres años tratando y resolviendo de manera satisfactoria».
Sobre las pensiones públicas, Rato apuntó igualmente que «uno de los grandes aciertos y hechos positivos del Pacto de Toledo ha sido que durante los últimos cuatro años hemos vivido con decisiones sobre pensiones que no dependían del debate político ni de la coyuntura electoral ni siquiera de la situación económica en muchos casos».
Tras señalar que «el poder adquisitivo de los pensionistas no sólo se ha respetado sino que se ha mejorado porque la inflación ha ido mejor de lo previsto y, además, porque se han bajado los impuestos a los pensionistas», Rato afirmó que, en conjunto, «los pensionistas españoles se han beneficiado en estos tres años de unos 400.000 millones de pesetas más de lo que hubieran percibido sólo con la evolución de la inflación».