El coordinador de Organización del Partido Popular, Pío García-Escudero, señaló ayer en una rueda de prensa en Madrid, que las elecciones generales podrían celebrarse a principios del próximo mes de abril y descartó un adelanto de los comicios, asegurando que desde las filas del partido «nadie le ha dicho al presidente que adelante las elecciones». Tras la reunión mantenida ayer por la mañana por el consejo de dirección del Partido Popular para valorar, entre otras cosas, los resultados del Congreso del PP andaluz celebrado este fin de semana, el secretario de Organización resaltó que en este momento no hay «ninguna circunstancia que aconseje acortar la legislatura» y que su partido afronta con «confianza, ilusión y optimismo» la cita electoral de la próxima primavera.
No obstante, el «número tres» de los populares admitió que las elecciones no están ganadas y que habrá que hacerlo «a base de trabajo y explicando muy bien qué quiere hacer el PP en la próxima legislatura», de ahí que el partido se haya puesto ya a preparar las generales con la celebración de los diferentes congresos regionales que, salvo en el caso de Cataluña, -pospuesto hasta después de los comicios autonómicos de otoño- tendrán continuidad después de las vacaciones.
Estos congresos tienen como principal objetivo retomar el trabajo interno iniciado en el Congreso nacional del pasado enero tras el paréntesis del proceso electoral del 13 de junio, movilizar a la filiación y preparar «con mucho tiempo» las generales, según explicó García-Escudero, quien adelantó que el partido está trabajando ya en el programa electoral.
También hizo hincapié en el proceso de renovación acometido por el PP, que se ha visto reflejado, a su juicio, en el congreso de este fin de semana que culminó con la proclamación de la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, como candidata a la Junta de Andalucía.
Por otra parte, el Partido Popular valora la designación del secretario general de los socialistas, Joaquín Almunia, como candidato del PSOE a la Presidencia del Gobierno como una opción que les aleja de la renovación y califica a Almunia como un «candidato de resignación», porque fue el perdedor de las primarias y, tras la renuncia de Josep Borrell, el partido no tenía otra alternativa, según manifestó García-Escudero.