El secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, fue elegido ayer candidato del partido a la Presidencia del Gobierno y durante su intervención ante el Comité Federal aseguró que a partir de ahora todas sus energías estarán concentradas en la responsabilidad que asume y que se compromete a ser el candidato de todo el partido. En su primer discurso como cabeza de cartel de los socialistas pidió el esfuerzo de todo el partido para ganar las elecciones generales y adelantó el ideario socialista para liderar una nueva etapa de cambio en el país y recuperar el espíritu que llevó al PSOE al Gobierno en 1982.
Tras expresar su agradecimiento tanto a los miembros del Comité que le han respaldado como a quienes han preferido votar en blanco -obtuvo 175 votos a favor por 9 en blanco (entre ellos los de Izquierda Socialista y un nulo-, y alabar la tarea de su antecesor, José Borrell, señaló que se pondrá al frente del proyecto socialista «con alegría, pasión, ilusión y ganas de victoria», al tiempo que se mostró orgulloso de la tarea que le ha sido encomendada.
Almunia, que pronunció un discurso de marcado carácter integrador y anunció que pretende marcar un estilo político en el que prime la participación y la incorporación de nuevos apoyos, se postuló como el candidato «para la sociedad», que, a su juicio, espera un futuro distinto al que les propone «e impone la derecha».
Para el candidato socialista, el mapa político resultante tras las elecciones del 13 de junio demuestra que en la sociedad española existe una mayoría que empieza a manifestar con claridad su «voluntad de promover un nuevo cambio político» porque rechazan una acción de gobierno centrada en «la acumulación de poder» y que «confunde la privatización de los viejos monopolios estatales con la apropiación de los mismos en su propio beneficio».