El presidente del Gobierno y del Partido Popular, José María Aznar, insistió ayer en que no convocará las elecciones generales hasta el año 2000 «pese a que nos vendría bien» y se mostró partidario de agotar la legislatura «aunque eso dé opción a la oposición para recomponerse».
Aznar, quien pronunció un mitin en la plaza de Toros de Valladolid, al que acudieron cerca de catorce mil personas, explicó que «ni quiero que me digan que adelanto las elecciones porque les queremos sorprender sin candidato, enfrentados y divididos», en alusión al PSOE y dijo ser consciente de que «damos una oportunidad a la oposición para que rehaga la figura».
En el mitin de cierre de campaña en Castilla y León, en el que estuvo acompañado por la cabeza de lista a las europeas, Loyola de Palacio; el candidato autonómico, Juan José Lucas; el candidato municipal, Francisco Javier León de la Riva, y el presidente provincial del PP, Tomás Villanueva, pronosticó que «dentro de cuatro o cinco años, el paro estará derrotado gracias a vosotros» y dijo del programa socialista que «para nada vale».
Tras repasar lo que considera éxitos del Gobierno del PP en los últimos tres años, pidió el voto para su partido «porque tenemos un proyecto español para España y para Europa». Aznar se marcó como reto prioritario para el futuro «conquistar definitivamente la paz» en la región vasca y advirtió que «ganaremos definitivamente la batalla porque no consentiremos la imposición, nunca lo hemos hecho y no lo vamos a aceptar». En este sentido, recordó su viaje a Bilbao para mostrar «mi testimonio de respeto y admiración» a los cargos electos, de los que dijo que «están haciendo posible un futuro en libertad y a los que no podemos defraudar».