La huelga general convocada ayer por los sindicatos a favor de la jornada laboral de 35 horas semanales y del salario social tuvo una amplia repercusión en el País Vasco y una respuesta escasa en Navarra. Durante la jornada se produjeron algunos incidentes por la actuación de piquetes y doce personas fueron detenidas en ambas comunidades.
La convocatoria estaba respaldada en el País Vasco por todos los sindicatos, entre ellos los cuatro mayoritarios "ELA, LAB, CC OO y UGT", mientras que en Navarra no apoyaban la huelga estas dos últimas centrales al haber firmado hace semanas un acuerdo para la reducción de la jornada en la Comunidad Foral.
Los servicios mínimos establecidos por la Administración se
cumplieron con normalidad en casi todo el sector público, salvo en
los transportes.
Representantes de los sindicatos nacionalistas calificaron la
huelga como «la de mayor impacto en la historia del movimiento
obrero de Euskal Herria» y auguraron un otoño «más caliente» si los
gobiernos no cambian de actitud. UGT y CC OO, por su parte, también
consideraron un éxito la huelga en Euskadi y minimizaron los
efectos del paro en Navarra.
La Confederación Empresarial Vasca, Confebask, aseveró que la huelga «no ha sido general, sino desigual e impuesta», y que se caracterizó por «la actuación masiva, coercitiva y en algunos casos violenta de los piquetes y el no cumplimiento, salvo en contados casos, de los servicios mínimos en el transporte».
El seguimiento de la huelga en la Sanidad pública vasca, que emplea a 17.000 personas, fue del 16 por ciento, mientras que en la Administración general, compuesta por unos cinco mil funcionarios, paró casi el 34 por ciento, medio punto menos que en la Administración de Justicia de la comunidad autónoma, según fuentes del propio Ejecutivo vasco.