El ex presidente González instó a Almunia a ejercer de secretario general de un partido que tiene un compromiso con España insustituible, al tiempo que él se ofreció a trabajar como militante y ciudadano por ese empeño, aunque minutos antes ya había advertido de que está muy desprendido de su responsabilidad externa, y así espera seguir bastante tiempo.
Pero, aunque el llamamiento de González, hecho público en Toledo en el mitin de presentación de la candidatura de José Bono a la Junta de Castilla-La Mancha, se refería al papel de Joaquín Almunia como secretario general del PSOE, en medios socialistas se interpreta también como la repetición del deseo ya expresado por primera vez durante la primarias de hace un año para que el actual máximo dirigente del partido asuma también la candidatura a la Presidencia del Gobierno.
En su intervención en el mitin de apoyo a Bono, Felipe González alertó contra la pérdida de elementos de cohesión en nuestro país por las demandas nacionalistas y el relativismo descomprometido del Gobierno del PP, hasta el punto de que, a su juicio, ya no hay Gobierno de España, e incluso tampoco se gobierna en el propio Palacio de la Moncloa, ya que para mover un ladrillo se precisa permiso del ayuntamiento de Madrid.
El ex presidente envió «un saludo a Pepe Borrell, compañero del alma, de solidaridad y afecto», y añadió que «estaba y estoy con él, aunque no estoy de acuerdo con su decisión». González, que se definió cada vez más español y menos nacionalista, considera que se está volviendo peligroso hablar de España, pues cuando se hace uno parece medio facha.