El presidente del Gobierno, José María Aznar, advirtió ayer que quien interpreta la Constitución como un «elenco de competencias» bajo la base de que sólo se puede vivir «desde la reivindicación» elige un «camino equivocado». Estas declaraciones se producen dos días después de que el Gobierno de Jordi Pujol aprobase un documento en el que, entre otras cosas, la Generalitat aspira a ser la administración única en Cataluña a través de una reinterpretación de la Carta Magna, propugnado además una reforma del Estatuto y obtener, asimismo un trato equivalente al de un Estado.
El presidente del Gobierno se esforzó en subrayar la validez tanto de la Constitución como del Estatuto de Autonomía un día después de que Pujol hubiese remarcado, ante las críticas de la oposición catalana y del propio Ejecutivo central, que su propuesta es plenamente constitucional y que incluso había consultado este proyecto de autogobierno con un ex presidente del Tribunal Constitucional.
Aznar destacó la flexibilidad de la Carta Magna en cuanto a que es interpretada por el Tribunal Constitucional, pero advirtió que la Norma «se puede interpretar, pero no inventar lo que dice».
«Supone intentar quebrar las reglas del juego y eso no puede ser. Ese no es el camino correcto. Hay quien la interpreta como un elenco de competencias y hay quien interpreta políticamente que sólo se puede vivir desde la reivindicación. Ese es un camino equivocado y sugiero que no se siga porque, al final, no conduce a ninguna parte», remachó. El jefe del Ejecutivo se refirió en varias ocasiones a la «espectacular operación» de descentralización de España a partir de la Constitución y a su interés por el mantenimiento de singularidades «muy específicas», poniendo como ejemplo a Navarra.
«Ese gran éxito descentralizador y político de España lo debemos preservar hacia el futuro manteniendo la Constitución y los Estatutos de Autonomía como guías de nuestra convivencia», indicó. En este sentido, insistió en que se debe preservar el actual marco institucional y no mirar al pasado para «buscar recetas antiguas». «Esas son en líneas generales las políticas nacionalistas, que no son el camino para el siglo XXI», remachó.