El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, negó ayer haber radicalizado sus posiciones nacionalistas y ha asegurado que su propuesta para situar a la Generalitat en una posición equivalente a la de un Estado «es perfectamente constitucional», en contra de la opinión del Gobierno central.
El Ejecutivo catalán aprobó el martes un documento de propuestas para mejorar el autogobierno que propone medidas para situar la Generalitat «en una perspectiva equivalente a la que comporta la posición de Estado», a partir de una relectura más autonomista de la Constitución y sin descartar una reforma del Estatuto de Autonomía.
Tanto el Gobierno como los partidos catalanes han rechazado la propuesta, aunque por diferentes motivos, y han criticado que se hiciera pública antes de entregarla a la comisión de estudio para la mejora del autogobierno, que el martes inició sus trabajos en el Parlamento catalán y que varios grupos han amenazado con abandonar si Pujol no comparece para hacer balance de sus 19 años de gobierno. Ante esta situación, Pujol anunció que comparecerá ante la comisión este mes para explicar su proyecto, aunque no para hacer balance.
En la sesión de control celebrada ayer en el Parlament, Pujol respondió a una pregunta del presidente del grupo popular, Josep Curto, que le acusó de «radicalizar su discurso» para asegurar su «subsistencia como virrey de una Catalunya convertida en latifundio».
El presidente catalán le ha respondido que «no tiene ni idea de lo que es la radicalización» y que «si se lee el documento verá que es perfectamente constitucional».