El acuerdo de legislatura entre el Gobierno de Juan José Ibarretxe y EH incluye un preámbulo, cuyo texto estaría cerrado, que supondría un paso más de la coalición en su desmarque de la violencia. No se trataría, sin embargo, de una condena explícita. El desmarque iría más bien en la línea de la declaración del Parlamento vasco, donde se apostaba por que el proceso de negociación y resolución «se realice en unas condiciones de ausencia permanente de todas las expresiones de violencia». Además de esta declaración de la Cámara Vasca, la coalición explicitó aun más su posición en el manifiesto elaborado por los integrantes de Lizarra, en el que se abogaba por superar «actitudes y reacciones que dificulten la acción conjunta» y se apostaba por «las vías políticas y decisiones democráticas, legitimadas por el respaldo de la voluntad popular».
Arnaldo Otegi dio un paso más en su apuesta por la ausencia de violencia cuando el pasado 10 de marzo declaró que los actos de violencia callejera quedaban fuera de la estrategia y la «reflexión política» de la izquierda abertzale. El texto del preámbulo del acuerdo de gobernabilidad sería un compendio de todos estos planteamientos, pero expresado «de una forma más clara». La inclusión de un apartado en el que se hiciera una referencia a la cuestión de la violencia era una de las condiciones exigidas por Ibarretxe para cerrar el acuerdo.
El portavoz del Gobierno Vasco, Josu Jon Imaz, insistió ayer en que los partidos que sustentan el ejecutivo, PNV y Eusko Alkartasuna, no han cerrado un pacto de legislatura con Euskal Herritarrok, aunque reconoció que existen las «bases» para hacerlo. El portavoz reiteró que el Gobierno y los partidos que lo sustentan «sólo cerrarán acuerdos con quienes apuesten exclusiva e inequívocamente por las vías democráticas y pacíficas», aunque también rechazó poner plazos para cerrar o descartar un acuerdo con EH.