El ministro de Interior, Jaime Mayor Oreja, manifestó ayer que con el pacto de legislatura al que previsiblemente llegarán en breve el Gobierno de Ibarretxe y Euskal Herritarrok «se ha puesto en marcha en el País Vasco una estrategia de ruptura». «Si política y electoralmente al PNV no le convenía este acuerdo antes de las elecciones parece que, al final, una vez más, se ha impuesto la voluntad de ETA y HB», sentenció.
Mayor subrayó que en Euskadi «se ha puesto en marcha una estrategia de ruptura» y se confirma «que ETA exige y manda en el frente nacionalista». A juicio del ministro, ETA «tiene miedo al diálogo» y sólo quiere «imponer su postura venciendo a los demás».
«Esto es lo que han hecho hasta ahora, derrotar a los
nacionalistas moderados para llevarles a la ruptura y, después, han
planteado el diálogo».
Mientras, el secretario general del PSOE, Joaquín Almunia, advirtió
que si no existiera el Pacto de Lizarra «estaríamos mucho más cerca
de la paz». Rechazó cualquier crítica a su partido por «inmovilista
o frentista» y destacó que el único frente que existe es el de
Estella. «Sin ese pacto de hierro habríamos aprovechado mejor la
enorme oportunidad de la tregua de ETA, de su derrota, ya que sólo
con Estella pueden aparecer sonrientes aún los de ETA, aunque nunca
más podrán aspirar a una victoria sobre la democracia»,
advirtió.
Entretanto, el portavoz del PNV en el Congreso, Iñaki Anasagasti, acusó a PP y PSOE, respecto a las críticas por el previsible pacto de legislatura, de «echar leña al fuego» y de «interesarse por una Euskadi al 'pil-pil' y violenta», en vez de por «una Euskadi normal».