Los exiliados chilenos continúan manifestándose frente al Parlamento británico a la espera de que el ministro del Interior, Jack Straw, decida hoy si da luz verde al proceso de extradición del ex dictador Augusto Pinochet a España o si le permite volver a Chile. El optimismo es la tónica general entre los exiliados, que creen que la extradición tendrá lugar, a pesar de las presiones a que ha estado sometido el ministro desde el lado conservador.
Mientras, el fiscal militar Fernando Torres Silva, que viajó a España para intentar mediar en el proceso judicial contra el dictador anunció su retirada del Ejército después de 25 años en sus filas y 10 como auditor general.
La «renuncia voluntaria» del fiscal fue aceptada la noche del martes por el comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Izurieta, que nombró como nuevo auditor general al brigadier del servicio de Justicia Militar, Juan Fernando Romero.
Torres Silva alegó razones personales y negó que se le hubiera pedido la renuncia, aunque admitió que antes de dimitir se reunió con el general Izurieta.
A lo largo de estos años, Torres contribuyó con su voto a que se archivaran numerosas investigaciones de violaciones de los derechos humanos ocurridas entre 1973 y 1990, además del encarcelamiento de varios miembros de grupos izquierdistas.