«Un camino equivocado». Con esta contundente frase definió ayer el presidente del Gobierno, José María Aznar, la actitud de los firmantes del pacto de Lizarra y de los violentos en el País Vasco, tras el ataque en Mondragón de la vivienda del concejal socialista vasco José Ignacio Jimeno del Hoyo por un grupo de desconocidos, que arrojó cinco cócteles molotov causando daños de importancia en el inmueble la pasada a madrugada.
La condena a este atentado fue unánime, incluyendo a los
partidos nacionalistas, a excepción de Herri Batasuna (HB).
Aznar aseguró que «por ese camino no se va a ningún lado». A su
juicio, «lo que hace falta es el camino sereno de la paz, el camino
sereno del diálogo, de las actitudes positivas, de aquéllas que
apuestan por el futuro y por el diálogo político normalizado entre
las distintas fuerzas políticas, como corresponde a una
democracia».
También se refirió el presidente del Gobierno al supuesto paralelismo entre el documento de Lizarra y el documento que publicó ETA tras el atentado fallido hacia él, cuando era candidato del PP a la presidencia del Gobierno, en 1985. En este sentido, señaló que «es un documento muy parecido, la única diferencia es que esta vez no han intentado matarme».
Entretanto, el PSE-PSOE calificó de «síntoma de desquiciamiento político» que el PNV apoye el paro convocado por el Pacto de Lizarra y, además de condenar el ataque de Mondragón, pidió a Arzalluz que diga la fecha del fin de la violencia callejera, acusándole de mantener una actitud «difusa, ambigua y preocupante». Redondo Terreros calificó el panorama político de desquiciado.
Desde el PNV, su presidente Xabier Arzalluz, aseguró que si ETA anuncia un cese definitivo de la violencia desaparecerán totalmente los actos de 'kale borroka', aunque matizó que, como está sucediendo en el resto de Europa, se producirán en un futuro otro tipo de acciones violentas.
Garzón ordena el ingreso en prisión de dos detenidos por
colaboración y pertenencia a ETA
El juez Baltasar Garzón ordenó ayer el ingreso en prisión de Manuel
Garmendia y Fernando Javier Imaz, por pertenencia y colaboración
con banda armada, respectivamente, y dejó en libertad al concejal
de HB en Arbizu (Navarra) Francisco Javier Razkin y otros dos de
los cinco detenidos por su presunta pertenencia a un grupo «Y».