El Gobierno vasco apostó ayer por propiciar acuerdos con las instancias pertinentes para que Euskadi logre niveles de participación en la Unión Europea semejantes a los que ostentan las regiones de Flandes (Bélgica), Salzburgo (Austria) y Baviera (Alemania). Otro de los objetivos por los que el Ejecutivo de Juan José Ibarretxe aboga para la presente legislatura es la distribución de funciones entre la Ertzaintza y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de manera que estos últimos terminen teniendo una presencia «residual» en el País Vasco.
La paralización de la actividad armada de ETA hace que, para el consejero de Interior del Gobierno vasco, Javier Balza, sea el momento adecuado para dar cumplimiento a la competencia de Euskadi para crear un cuerpo policial «propio», que contenga una política de seguridad pública «integral de condiciones inmejorables».
De otra parte, el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, afirmó que «ETA ya tiene designados sus interlocutores en el proceso de paz», pero consideró que «el Gobierno no tiene voluntad política» para iniciar un diálogo con la banda terrorista. Anasagasti insistió en que el Gobierno «dice que está dispuesto a hablar, pero no habla con nadie», y consideró que éste es un proceso que «está inmóvil».
El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, afirmó aseguró por su parte que todavía «no ha habido una designación de interlocutor» por parte de ETA para acreditar su voluntad real de abandono de la violencia e indicó, por otra parte, que las últimas detenciones «son un paso hacia la paz definitiva».