El Congreso de los diputados vivió ayer una sesión tensa y conflictiva en la que la palabra corrupción volvió a ser protagonista. El presidente del Gobierno, José María Aznar, respondió a las insistentes críticas de los socialistas que por muchos errores que cometiera ahora o en el futuro el PP, «jamás se podría igualar o superar» lo que el PSOE «llegó a hacer en la vida política española». Por su parte, el PSOE contraatacó presentando un «mapa de la corrupción» del PP, donde se recogen 160 casos de supuestas irregularidades que afectan a miembros del PP.
Los socialistas argumentaron que ésta es la mejor prueba de que el Código Etico con el que Aznar se presentó a las elecciones generales era un mero «reclamo político». Así, el portavoz adjunto del PSOE, Luis Martínez Noval, pidió explicaciones al presidente del Gobierno sobre su cambio de opinión «radical» en relación a lo que dijo, cuando era jefe de la oposición, sobre la ética y la honradez.
Aznar dijo alegrarse de comprobar la «sensibilidad» del portavoz adjunto socialista en estos asuntos, aunque apuntó que debía ser «muy recién nacida», ya que durante 14 años había tenido «enormes oportunidades» de que se le recordara alguna frase o acción en contra de la corrupción que había entonces «y más bien no se le recuerda absolutamente ni una cosa ni la otra», sostuvo.
El presidente del Ejecutivo agregó que no sabía con este tipo de preguntas si los socialistas pretenden comparar una época de Gobierno con otra o crear «climas artificiales» en la opinión pública, pero manifestó que si ese era el objetivo, no lo iban a conseguir. «Nosotros nos dedicamos a gobernar: no a levantar alfombras, no hacer auditorías de impacto. Y si tenemos algo que corregir, lo corregiremos, pero en estos asuntos, señorías, de ustedes, lecciones, ni una», sentenció.