El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, prometió ayer una política firme y prudente sobre Gibraltar, para defender los intereses pesqueros españoles, y no descartó la posibilidad que se prohiba a los aviones comerciales sobrevolar el espacio aéreo español en ruta a Gibraltar o la no admisión de los permisos de conducir emitidos por la autoridades del Peñón, por no atenerse a la normativa comunitaria.
No obstante, Matutes quiso restar no obstante dramatismo a este nuevo enfrentamiento entre las autoridades españolas y británicas, y afirmó que no puede hablarse de crisis. «España no tiene interés en aumentar la tensión y no alimentaremos una escalada ni enviaremos barcos de guerra ni buscaremos enfrentamientos por el hecho de que el Gobierno británico no cumpla un acuerdo, pero mantendremos una actitud de prudencia y firmeza».
Por ello, dijo que el Gobierno seguirá estudiando todas aquellas medidas que la legalidad permita para dejar patente la decisión de España de continuar con la política «de firmeza y prudencia» en defensa de los intereses españoles, y para intentar buscar una solución al problema.
Matutes recordó que el conflicto ha tenido su origen inmediato en un incumplimiento por parte del Reino Unido de un acuerdo verbal alcanzado por los ministros de Exteriores para solventar la crisis pesquera. «Estos acuerdos son verbales porque, al separar la cuestión de la soberanía, no se pueden poner por escrito.
Mientras, el Reino Unido anunció protestará ante la Comisión Europea y seguirá insistiendo ante las autoridades españolas contra las medidas que el Gobierno español ha tomado y por las que estudia en relación al conflicto de Gibraltar.