El Gobierno y los partidos de ámbito nacional, así como fuerzas políticas de Navarra, coincidieron ayer al criticar la iniciativa del PNV sobre la constitución de instituciones soberanas vascas y acusaron a los nacionalistas de sumarse así a las tesis defendidas por HB y ETA.
Tanto el Ejecutivo como dirigentes del PP y del PSOE advirtieron del peligro que supone la declaración aprobada el sábado por la asamblea de cargos electos municipales del PNV que defiende la creación de instituciones soberanas que engloben a las provincias vascas, Navarra y País Vasco francés, y apuesta por alcanzar el objetivo de la liberación nacional de Euskadi.
El Gobierno respondió, a través de su portavoz, Josep Piqué, que «cualquier tipo de institucionalización al margen de la voluntad que han expresado los vascos y los navarros es entrar en una dinámica realmente peligrosa y difícilmente justificable desde el punto de vista del respeto a la voluntad democrática de los ciudadanos».
Piqué negó que esta asamblea de municipios sea depositaria de la voluntad de los vascos, ya que a su entender esta voluntad se expresó libre y democráticamente en las elecciones autonómicas y «todos los ejercicios de negación o de matización de legitimidad hacia lo que piensan los vascos, o hacia lo que puedan pensar los navarros, son ejercicios poco coherentes con lo que tiene que ser el respeto a las normas elementales de la democracia».