El 'lehendakari', Juan José Ibarretxe, solicitó ayer al presidente del Gobierno, José María Aznar, que se sumara a un nuevo foro político para alcanzar la paz en el País Vasco. Aznar se negó a dar su apoyo a este nuevo foro ya que en él estaría representado Euskal Herritarrok (EH).
Ibarretxe además, pidió al presidente del Gobierno el acercamiento de los presos etarras como medida necesaria para contribuir al proceso de paz. El jefe del Ejecutivo vasco, que fue recibido ayer en La Moncloa a dieciocho días de que tomase posesión de su cargo, manifestó a Aznar su actitud «firme e inequívoca» de rechazo ante todo tipo de violencia y se comprometió a estudiar con el presidente medidas para reparar a las víctimas del terrorismo.
Tras cerca de dos hora de reunión, Ibarretxe, que comenzó su breve alocución en euskera, destacó su determinación en la condena de la violencia, actitud que el Gobierno vasco ha puesto como condición a Euskal Herritarrok para llegar a un compromiso estable de legislatura y que todavía no se ha producido.
No obstante, Ibarretxe anunció que la próxima semana iniciará una ronda de contactos con todos los partidos representados en el Parlamento vasco, entre ellos EH, con el objetivo de consolidar la paz y «a través del único instrumento que sirve para superar el conflicto: la tolerancia, el diálogo y la negociación». Ibarretxe anunció que pensaba crear un nuevo foro y que había invitado al PP.
Otegi: los autores de la violencia deben sopesar sus
actuaciones
El portavoz de Euskal Herritarrok (EH), Arnaldo Otegi, dijo afirmó
que quienes cometen actos de violencia callejera en Euskadi «deben
sopesar los pros y contras de esa práctica» y valorar las
consecuencias que tienen para el mantenimiento de la unidad
nacionalista. En declaraciones a Euskal Telebista, Otegi dijo que
la violencia callejera «crispa las relaciones» de EH con los
nacionalistas de PNV y EA, «pero por encima de eso -añadió- vamos a
seguir colaborando».
Otegi afirmó que quienes practican la violencia callejera «son militantes políticos que han llegado a la certidumbre de que hay que practicar ese tipo de lucha», por lo que, agregó, «hay que aportarles datos concretos que les permitan sopesar los pros y contras de esa actividad». La actitud de EH ante quienes practican esa violencia, explicó, será «plantear nuestro análisis político. Luego, son ellos quienes tienen que valorar y hacer su reflexión».