El presidente del Gobierno, José María Aznar, advirtió ayer a los presos de ETA, a través de un mensaje lanzado a HB, que el consentimiento o el aliento de la violencia callejera puede «perjudicar» sus expectativas de futuro. En la primera vez en que el jefe del Ejecutivo se dirigió directa y públicamente a la banda terrorista y a sus reclusos, el jefe del Ejecutivo recordó a ETA que tras casi cuatro meses de tregua todavía no ha nombrado a ningún interlocutor para hablar con el Gobierno.
Aznar señaló que desde que inició su compromiso de liderar el proceso de paz a raíz de la tregua de ETA el pasado 16 de septiembre lo único que ha buscado ha sido la paz, «sólo la paz y nada más que la paz». Sin embargo, indicó que su impresión era que «las otras partes» habían entendido ese proceso como «un pretexto o como un cambio de estrategia para otros objetivos». A su juicio, resulta pues «incompatible» decir que se quiere la paz, y luego no sólo no condenar la violencia, sino también comprenderla y alentarla.
«Parece bastante imposible conciliar ambas posiciones», señaló en alusión a los dirigentes de Euskal Herritarrok, que se han negado a condenar los episodios de violencia callejeros en el País Vasco. «Todo aquel que no sólo practica la violencia, sino que la alienta o la incita está entorpeciendo las posibilidades de paz y está luchando activamente contra la paz o tolerando pasivamente que se luche por la paz». Por este motivo el presidente considera que el proceso de paz se encuentra en punto muerto.