Un guardia civil ha sufrido quemaduras de primero y segundo grado en la pierna izquierda, en un ataque con cócteles molotov perpetrado ayer por dos individuos contra el cuartel de la Guardia Civil de Eibar (Guipúzcoa). El guardia civil repelió la agresión efectuando disparos al aire con su pistola reglamentaria, lo que fue considerado por Villar como «proporcional» al ataque.
Los hechos de ayer se produjeron después de que el pasado martes una treintena de encapuchados lanzara decenas de cócteles molotov contra el cuartel de la Guardia Civil del barrio de Algorta de Guetxo, en una escalada de la violencia callejera diseñada por ETA y dirigida especialmente contra las Fuerzas de Seguridad del Estado y contra el PP del País Vasco.
El miembro de la Benemérita herido, de unos 24 años y dos de ellos destinado en el País Vasco, cuya indentidad no ha sido facilitada, está ingresado, con quemaduras que afectan al 9 por ciento de su superficie corporal, en el hospital de Mendaro (Guipúzcoa), donde fue visitado horas después del atentado por el delegado del Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar.
Al menos uno de los artefactos impactó contra la pierna izquierda de miembro de la Benemérita cuyas ropas se incendiaron por lo que tuvo que revolcarse en los charcos de barro del suelo del coso para apagar las llamas. El guardia civil repelió el ataque con su pistola reglamentaria, con la que disparó varias veces al aire hasta que los saboteadores huyeron, y no utilizó su también reglamentario fusil ametrallador, con el que el riesgo para los atacantes hubiera sido sensiblemente mayor, según subrayó Villar.