Menos de un centenar de partidarios del general chileno Augusto Pinochet se manifestaron ayer por primera vez en Londres ante el 10 de Downing Street, despacho del primer ministro británico, custodiado por unos treinta agentes de la Policía. Los manifestantes permanecieron durante dos horas frente a la oficina de Tony Blair, en la que entregaron una carta para el jefe del Ejecutivo, y luego se dirigieron, escoltados por la policía y cantando el himno nacional chileno, al Ministerio del Interior, donde permanecieron cerca de una hora.
Los partidarios del general, que portaban banderas chilenas, corearon lemas como «Senador Pinochet, aquí estamos otra vez» y «Queremos paz», en respuesta al lema de los exiliados, «Queremos justicia».
Ana María Gaete, representante de la Fundación Pinochet, dijo que «hemos venido porque creemos que es muy importante. Vinimos a decirle al mundo que él es un hombre que ama a Chile, que es un humanista que presidió un gobierno con toda clase de libertades». Gaete reconoció que durante la dictadura de Pinochet se tomaron medidas, «necesarias, para controlar un país que estaba alterado» y agregó que ellos también «tenían muertos por el régimen de Allende, pero a diferencia de algunos exiliados nosotros no los usamos».
«Algunos de los muertos y desaparecidos murieron por equivocación, pero eso es normal en un período de guerra, que en este caso fue ocasionado por el marxismo», apuntó la dirigente. Muchos de los manifestantes denunciaron que a su llegada anoche al aeropuerto londinense de Heathrow procedentes de Santiago, fueron retenidos durante trece horas por la Policía, sin explicación alguna.