A pocas horas del inicio de la huelga del TIB, un conductor anónimo ha lanzado un contundente mensaje que refleja el hartazgo acumulado de los trabajadores del transporte público en Mallorca. Según su testimonio, el problema no radica en los proyectos de futuro anunciados por el Govern, sino en la precariedad con la que operan a diario.
«El Govern Balear ha anunciado a bombo y platillo una línea de tren entre Sa Pobla y Alcúdia para 2030, con un gasto millonario. Pero hoy, en muchas cabeceras, ni siquiera tenemos baños», denuncia este trabajador, que prefiere mantener su anonimato. Además, señala la ausencia de paradas dignas, sombra, información en tiempo real y horarios realistas como parte del problema tangible y urgente que sufren tanto conductores como usuarios.
Una de las quejas centrales es la falta de vehículos de refuerzo, lo que obliga a cubrir líneas de alta demanda con autobuses de menor capacidad, dejando a diario a decenas de personas sin poder subir. «Faltan buses, sobran excusas», afirma el trabajador, quien asegura que esta situación genera una tensión constante en el servicio.
Esa tensión se traduce en agresiones verbales y físicas hacia los conductores, un problema que el Govern no ha sabido ni querido abordar. «Nos insultan, nos empujan, nos agreden. Y nadie ha hecho nada por protegernos», relata. Denuncia además la ausencia de protocolos, campañas de concienciación o medidas reales para prevenir estas situaciones.
El conductor asegura que esta huelga no responde a una cuestión económica: «No paramos por dinero, sino por dignidad y seguridad». Explica que si un conductor falla, las consecuencias pueden ser graves y afectar la vida de usuarios y trabajadores. «Y eso lo entendemos nosotros mejor que nadie», añade con gravedad.
En su opinión, el Govern se escuda en la concesión privada para evadir responsabilidades, un argumento que considera insuficiente e injusto. «Cuando una concesión falla, el responsable no es solo quien opera, sino quien permite y mantiene un sistema defectuoso», insiste.
Con más de 13 millones de usuarios en el primer semestre del año y un sistema al límite, la petición es clara: que el Ejecutivo balear asuma la gestión real del servicio y garantice condiciones dignas y seguras. «Señores del Govern, les sobran fotos y les falta vergüenza. No pueden prometer el futuro si no sostienen el presente», concluye el conductor, con la voz de todo un colectivo que exige ser escuchado.
La huelga, prevista para comenzar este viernes y con posibles paros indefinidos, busca presionar para que se atiendan estas demandas básicas y urgentes.