La huelga en el sector de la hostelería sigue flotando en el mundo de las posibilidades a la espera de un movimiento -o falta de movimiento- que resulte definitivo. Quedan casi dos semanas por delante antes del 10 de julio, fecha en que comenzarían los parones, margen más que suficiente para reconducir la situación, según el Govern, quien no cree que la sangre acabe llegando al río. Una posibilidad de concordia que UGT deja abierta aunque cediendo toda la responsabilidad al presidente de los hoteleros, Javier Vich.
«Él tiene la última palabra», afirma el portavoz del sindicato mayoritario en la negociación, el secretario de la Federación de Movilidad, Servicios y Consumo, José García Relucio. A última hora de la tarde de este viernes, el plan seguía siendo el anunciado el jueves tras romperse las negociaciones: reunión ejecutiva en la se de UGT el próximo lunes para aprobar la convocatoria de huelga, prevista para los días 10, 18, 19, 25 y 31 de julio. Un reguero de parones de fin de semana en plena temporada alta. El sindicato ya había hecho ayer todo el papeleo previo necesario, aseguró su portavoz.
Por su parte, CCOO informó de que ya ha convocado la huelga, impelido por el «inmovilismo» de la patronal y su propuesta de medidas «que suponen un retroceso de los derechos conquistados a lo largo de los últimos años». Los representantes sindicales en la negociación (diez de UGT y cinco de CCOO) creen que la patronal podría acceder a mejorar su oferta de un incremento salarial del 11 %, pero no están dispuestos a ceder en otras cuestiones a cambio de ello. Las posturas seguían alejadas en puntos relacionados con la flexibilidad, la organización interna o el absentismo, como son los complementos por baja laboral o los descansos consecutivos. La petición de UGT bajó hasta el 16 % y CCOO dijo que no firmaría nunca por debajo de un 15 %.
Desde el Govern, mientras tanto, intentan destensionar la situación y enviar un mensaje de tranquilidad. Con estas palabras lo expresó el vicepresidente económico, Antoni Costa, en declaraciones posteriores al Consell de Govern. Una comparecencia en la que fue tajante respecto al futuro inmediato. «No contemplamos la posibilidad de que haya huelga», declaró para manifestar su total confianza en que patronales y sindicatos alcancen un acuerdo antes del 10 de julio. Asimismo, confirmó que el Ejecutivo -a través de la Secretaría Autonómica de Trabajo, Catalina Cabrer- se ha ofrecido ya a las dos partes para participar como mediador en las conversaciones, una labor para la que asegura «plena disposición».
«Nos hemos puesto ya a su disposición por si estiman oportuna y necesaria la mediación del Govern», declaró Costa para recalcar que su papel sería el de «facilitador», no el de «ejecutor». «No verán a este Govern sentarse en la mesa como hacían algunos», ha señalado en referencia al anterior conseller de Turisme del PSIB, Iago Negueruela. «Nos gusta ser respetuosos; la responsabilidad de llegar a un acuerdo es de los agentes sociales», indicó Costa para añadir que no se van a poner «ni de una parte de la otra: nuestro único objetivo es que haya un acuerdo».
A pesar de que los sindicatos ya han iniciado todos los preparativos para la huelga, Costa cree que no se producirá. «La huelga no es hoy. Hay margen para llegar a un acuerdo». Así, explicó que están «en contacto permanente» con ambas partes y que han constatado su voluntad de acabar alcanzando un entendimiento. A modo de ver del Govern, la negociación «no está rota de forma definitiva». La FEHM, por último, ya señaló el jueves que hará «todos los esfuerzos necesarios» para que la huelga no se lleve a cabo.
Igualmente esperanzado en que la huelga no se lleve finalmente a cabo está el presidente de la patronal de restauración, Juanmi Ferrer. «Quiero entender que imperará el sentido común, las posturas no están tan alejadas», afirma el máximo responsable de la asociación Restauración Mallorca-CAEB para alinearse con las declaraciones del Govern. «Simplemente, no lo contemplo».
Una visión más pesimista tiene el presidente de la Asociación Balear del Ocio y del Entretenimiento (ABONE), Miguel Pérez Marsà, quien cree que la huelga será una realidad, dada la predisposición exhibida hasta ahora por los sindicatos para llevar sus amenazas hasta las últimas consencuencias. A su juicio, las propuestas ofrecidas desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) -con quien asegura que el resto de patronales se hallan «muy alineadas»- han sido «bastante razonables». Considera, asimismo, que el 16 % de subida que piden los sindicatos continúa siendo una propuesta «desorbitada».
Afirma que, de llevarse finalmente a cabo, la huelga afectará a su sector de manera muy marginal. Especialmente debido a las condiciones salariales específicas del ocio nocturno, que contempla cuantías ya de por sí más elevadas por los complementos de nocturnidad. En cualquier caso, considera que lo peor de todo será «la imagen que se dé de Baleares como destino turístico», tanto en el exterior como entre los turistas presentes en ese momento en las Islas. «Eso sí nos afectará a todos de manera negativa». Pérez Marsà condena la decisión de las agrupaciones sindicales, que juzga desde «una perspectiva más objetiva» conferida por el hecho de ser unos interlocutores «minoritarios» en todo el proceso de negociación. «Me parece una irresponsabilidad que se haga en pleno mes de julio, y más cuando las propuestas han venido siempre del lado de la patronal».
Los liberados estos están discutiendo de donde se tienen que traer las gamas, de Soller o de Huelva, este es el problema, ellos seguiran liberados sin hacer nada pero si a final de mes cobrarán.