Es el único pez de agua dulce autóctono de las Illes Balears y apenas mide entre 4 y 6 centímetros, pero parece esconder la clave para predecir qué animales sobrevivirán al cambio climático. En marzo de 2021 investigadores de la Univeridad McGill en Canadá publicaron un artículo que describía las mutaciones genéticas que sufre el pequeño pez espinoso (Gasterosteus aculeatus) en poblaciones aisladas entre sí.
Lo que se observa es lo que se denomina selección paralela, un tipo de evolución que se produce en grupos emparentados de una misma especie que están físicamente alejados. Sus ejemplares desarrollan un rasgo similar ante presiones medioambientales iguales, en este caso esos cambios tienen un papel importante en la osmorregulación (capacidad de mantener el equilibrio en sus fluidos corporales) y en el equilibrio iónico.
«La biología de los espinosos no es fundamentalmente diferente a la de cualquier otro pez, pero sí tienen una amplia distribución que ofrece una gran reserva de variabilidad genética permanente que puede permitir la adaptación cuando el entorno cambia. Un ejemplo de ello es cuando las poblaciones quedaron atrapadas en los lagos de agua dulce después de la última Máxima Glacial», explicó Alan García-Elfring, autor principal del trabajo en el momento de su publicación.
La conclusión final de su investigación es que solo los peces capaces de tolerar los rápidos cambios de salinidad y temperatura del agua de una temporada a otra, con inviernos húmedos y veranos secos, podrán sobrevivir al cambio climático. Pero ¿realmente está salvo el pequeño espinoso en Mallorca?
En Baleares este pez, que se adapta rápidamente frente a temperaturas cambiantes, habita en los canales y balsas de la parte alta de la Albufera, donde se alimenta de pequeños invertebrados. Su curioso legado genético le convierte en una especie singular, pero eso no evita que sea una especie amenazada en las Islas.
Expertos como el biólogo Xisco Riera avisan de que su población autóctona corre riesgo de desaparecer. Los científicos han pedido que el reservorio de la Albufera entre en la lista de especies a proteger en España y es que las poblaciones mediterráneas del pez espinoso se han ido reduciendo con el paso de los años. En el siglo pasado se perdió su rastro en Argelia.
Hasta ahora se han llevado a cabo varios proyectos para crear un reservorio, dentro y fuera de la Albufera de Mallorca. En 2021 la Fundación Vida Silvestre Mediterránea, construyó un estanque que cumple esta función en su sede en Campanet. El problema de la repoblación es que si no han cambiado las condiciones de su hábitat que minaron su población, muy probablemente los ejemplares reintroducidos acabarán corriendo la misma suerte.
Así lo explica el biólogo Xisco Riera: «Es bueno tener un reservorio genético de especies en peligro de extinción, porque si se corrigen los errores que hay en sus hábitats puedes repoblar, pero lo suyo es eliminar los impactos».
¿Cuáles son esos impactos que amenazan al único pez autóctono de agua dulce en Mallorca?
La pérdida y deterioro de su hábitat es su principal amenaza, por mucho que el estudio canadiense describiera la capacidad de adaptación de la especie. «Aunque es cierto que la población que vive aquí soporta cambios bruscos de temperaturas, hay que tener en cuenta que las poblaciones de esta especie varían mucho de unos lugares a otros. Hay formas marinas, dulciacuícolas y resistentes a aguas salobres. Los espinosos de la Albufera son de agua dulce», dice el experto.
Los espinosos acusan la sobreexplotación de los acuíferos de Crestatx y la salinización del agua que eso conlleva. «Es sintomático que a las puertas de un parque que tiene un problema de falta de agua dulce haya una empresa dedicada a la extracción, suministro y venta de agua», critica el biólogo.
Advierte además del «proceso de chabolización» de la zona de las velas. «En los años 70 y 80 el espinoso llegó a tener una distribución bastante grande en la Albufera de Mallorca que se ha ido reduciendo. Con el tiempo, el uso agrícola de las velas se ha ido sustituyendo por un proceso de chabolización. Pegado a la Font de Sant Joan, una zona clave para el espinoso, hay una especie de chalet con césped. La chabolización genera contaminantes de aguas negras y aguas grises en la Albufera que se suman al problema de la falta de aporte de agua dulce», explica Xisco Riera.
TimbalJa ja.. no te extrañes..dales tiempo