Lleva siempre al cinto una pistola Glock 19 «por lo que pueda pasar», aunque en realidad Guillem Mascaró es un negociador nato. De hecho, ha conseguido unificar el cuartel de San Fernando tras la dramática época de las detenciones de agentes y mandos inocentes por parte del exjuez Penalva y el exfiscal Subirán. Además, el intendente de la Policía Local de Palma es un experto en tráfico, que es una de las principales atribuciones del Cuerpo. La circulación caótica en Ciutat y sus consecuencias son analizadas por este experto.
Los atascos en Palma se han convertido en el pan nuestro de cada día. ¿Qué se puede hacer?
—Es un problema muy complejo cuya solución es multidisciplinar, porque no solo depende de nosotros, sino de otra área, que es Mobilitat. La ordenación del tráfico es de Mobilitat y nosotros nos dedicamos al control e inspección del tráfico. Dicho esto, los atascos en Palma tienen que ver con varios factores.
¿Cuáles son?
—Mallorca tiene un parque móvil cercano al millón de vehículos, lo que supone una media de un vehículo por habitante prácticamente. Teniendo en cuenta que mucha gente por edad ya no conduce y que otros son menores: ¿Cómo se explica? Porque mucha gente tiene más de un coche. Es algo cultural.
¿El modelo de vivienda influye?
—Por supuesto. Hemos implantado un modelo de vivienda de zonas residenciales alrededor de Palma, como Marratxí o Llucmajor, que abren muchas zonas de adosados, chalets o urbanizaciones. También ocurre en la ciudad, en zonas residenciales como Son Xigala o Arabela. Es un modelo americano de vivienda, que hace que necesariamente se tenga que coger el coche para cualquier cosa.
Los colegios también congestionan la circulación.
—El horario escolar agrava los problemas de tráfico, está claro. Tenemos un sistema de escolarización en Palma que junta muchos centros docentes con muchos alumnos en una zona concreta, la llamada ‘zona colegios’. Esto hace que vayan a Palma muchos alumnos de la Part Forana para cursar la Secundaria, por lo que Palma absorbe tráfico escolar de toda la Isla.
¿Y el impacto de los coches de alquiler?
—Tenemos 70.000 vehículos de alquiler en la Isla. El modelo turístico ha cambiado. Hoy en día las predicciones meteorológicas son más fiables y la gente del Norte de Europa, de países como Alemania o Inglaterra, ven el parte de buen tiempo, compran un billete para tres días y no vienen solo para sol y playa, sino para ir a todos los sitios que les han recomendado los ‘influencers’ en las redes sociales. Y su mueven, claro, en coche. Todo el día circulan, van a un sitio, se paran cinco minutos, se hacen la foto y siguen en la carretera.
La temporada turística se ha alargado mucho.
—Tanto que para nosotros es prácticamente de enero hasta diciembre. Todo el año. Después, hay que añadir que el transporte público no está dimensionado ni tiene la frecuencia adecuada para absorber la demanda de los desplazamientos de los ciudadanos de la isla.
Algunos abogan por un metro.
—En las grandes ciudades puede ser la solución, pero Palma no tiene el tamaño suficiente para que haya un metro. Hay más factores: estamos en una Isla y el espacio, lógicamente, es limitado. Y las vías, si crecen, también tienen un límite, una capacidad. No es tan fácil en una Isla ampliar la red viaria, poner más carriles.
También tenemos a muchísimos ciclistas circulando por las vías.
—Sí, el cicloturismo es muy importante. Y hay muchos autocares, y coches de alquiler que se pierden y vuelven atrás.... Hay muchos condicionantes. Y la falta de aparcamiento también influye en el caos de tráfico, porque son coches que dan vueltas buscando un aparcamiento.
Ante este panorama, ¿Qué se puede hacer?
—Es una solución un poco de ciencia ficción, pero creo que el problema se empezará a arreglar si en algún día la Inteligencia Artificial (IA) permite una conducción autónoma segura, de aquí a muchos años. De manera que si necesitas hacer un desplazamiento, bajes a la calle, te subas a un vehículo autónomo y hagas ese trayecto. Así no habrá tantos coches en propiedad. Solo lo usarás el tiempo que sea estrictamente necesario. El parque móvil descendería mucho.
¿Lo verán nuestros ojos?
—Bueno, es un tema del futuro, pero la tecnología avanza rápido.
¿Qué alternativas más terrenales propone?
—Caminar, medios de transporte no tan individuales (en un coche va uno solo), racionalizar el uso del vehículo y compartirlo, seguir mejorando el transporte público, si el tren llega a Llucmajor descongestionará mucho toda la autopista de s’Arenal que es un desastre, etc... Pero la realidad es que nos hemos de plantear seriamente rebajar el parque móvil que tenemos. Y la manera es la que le he dicho antes: con las nuevas tecnologías.
Los expertos alertan de la crispación por los atascos.
—Es una obviedad.
¿Cuáles son las causas de los accidentes en Palma?
—Siguen siendo las distracciones al volante. Luego hay otras, como el estado de la vía, los defectos en el vehículo, las inclemencias meteorológicas, pero en la mayoría de las ocasiones son distracciones.
Cada vez se escriben más mensajes de WhatsApps al volante.
—Es cierto. Y es muy peligroso. El uso del móvil se ha extendido en nuestra vida cotidiana y hay gente incapaz de separar la conducción del teléfono.
Ahora tenemos el resultado de haber permitido que en Mallorca se estableciera hasta el menos indicado a perpetuidad. Él y toda su prole. Basta darse una vueltecita por plaza España a ver quien es capaz de encontrar un mallorquín mallorquín. La entrada de 400.000 personas venidas de todos los lugares del planeta, lleva otros tantos vehículos. Y por si fuera poco, cualquier mamarracho se puede comprar un Mercedes, por ejemplo, nuevo a razón de 300 euros al mes. Lo tomamos a broma y hay bromas que matan.