Nueva jornada de procesiones en Palma con un cielo que volvió a mostrarse respetuoso con las tradiciones de Semana Santa. La procesión de la Virgen Dolorosa estuvo pendiente hasta última hora de la posibilidad de lluvia durante su recorrido. Estaba muy presente el recuerdo de lo sucedido el año pasado, cuando los nubarrones pasaron por agua la cita religiosa más importante del Martes Santo. Finalmente, la marcha discurrió sin complicaciones meteorológicas ni de ningún otro tipo y se completó, al filo de medianoche, con la entrada en la iglesia de la Anunciación de María.
Cerca de un millar de personas participaron en la procesión, cuyo arranque se produjo alrededor de las nueve de la noche, desde Sant Nicolau, después de una misa oficiada por el obispo de Mallorca, Mons. Sebastià Taltavull. Integrantes de prácticamente todas las cofradías de Ciutat -son 33 en total- participaron en la procesión.
La Virgen de la Dolorosa es la única que acompaña al Crist de la Sang. «De hecho, es la única que se hizo expresamente para acompañar al Crist», precisaba en la mañana de ayer en declaraciones a este rotativo Bernat Riera, presidente de la Asociación de Cofradías de Penitentes de Palma. «Se puede decir que su destino está ligado al del Crist de la Sang».
La Dolorosa cumplía este martes 135 años. Se bendijo en 1890 (doce años antes incluso de que se consolidaran las primeras cofradías en Palma) y se mantiene desde el primer día como protagonista de la procesión. Es una talla propiedad de la familia Ferrer que ha sido sometida a un concienzudo proceso de restauración que ha durado varios meses.
El recorrido obvió una parada prevista semanas atrás para realizar una ofrenda floral en Santa Magdalena, que finalmente se suspendió por problemas de horarios. Capirotes y antifaces (tradicionalmente los primeros reservados a hombres y los segundos a mujeres, aunque hace 30 años que se relajaron esas normas) decoraron el recorrido, amenizado por la música de la Banda Esencia un año más.
Entre el arranque de la marcha en Sant Nicolau y su culminación en la Anunciación de María, el itinerario incluyó el paso por la plaza Frederic Chopin; calle Tous i Maroto; calle Constitució; Passeig del Born; plaza del Rei Joan Carles I; calle de Sant Jaume; plaza de Santa Magdalena; calle del Jardí Botànic y Costa de la Sang.
Horas antes, sobre las siete de la tarde, arrancó la procesión de la Verge de Carme desde la parroquia de la Nostra Senyora del Carme, del Coll d’en Rabassa, con un recorrido circular.