En lo alto de una colina que domina la bahía de Palma, a 112 metros sobre el nivel del mar, se alza una de las joyas arquitectónicas más singulares de España: el Castillo de Bellver. Esta fortificación gótica del siglo XIV destaca por ser la única en todo el territorio español construida sobre una planta circular, un diseño que la convierte en una rareza dentro del patrimonio militar europeo.
Historia y evolución de la fortaleza
La construcción del castillo fue ordenada por el rey Jaime II de Mallorca, quien, temeroso de perder nuevamente su reino, encargó al arquitecto Pere Salvat la edificación de esta fortaleza defensiva. Las obras se completaron en un tiempo récord de 12 años, entre 1300 y 1312. Los expertos señalan que su diseño podría haberse inspirado en la fortaleza de Herodión, situada en Cisjordania.
El diseño circular del castillo no es solo una curiosidad estética, sino que responde a necesidades defensivas muy específicas. Sus cuatro torres, orientadas estratégicamente hacia los puntos cardinales, junto con sus formas curvas, eliminaban los tradicionales puntos ciegos de las fortificaciones cuadradas. La muralla circular, con sus bordes redondeados, fue diseñada para desviar los proyectiles enemigos, convirtiendo al castillo en una estructura prácticamente inexpugnable para la época.
Usos históricos y actualidad
A lo largo de su historia, el Castillo de Bellver ha servido múltiples propósitos. Comenzó como residencia real y fortaleza defensiva, para posteriormente convertirse en refugio durante la epidemia de peste y, más tarde, en prisión. Entre sus ilustres prisioneros destaca Gaspar Melchor de Jovellanos, además de numerosos oficiales franceses.
Actualmente, el castillo alberga el Museo de Historia de la Ciudad de Palma, ofreciendo a los visitantes un recorrido fascinante por la evolución urbana de la capital balear desde la edad del bronce hasta la actualidad. El museo incluye valiosas colecciones de arqueología, patrimonio municipal y la prestigiosa Colección Despuig de Escultura Clásica.