Aunque menos conocidos que los tratamientos con insecticidas, las vacunas o las trampas, las casas para pájaros y las cajas refugio para murciélagos, ayudan también a controlar la plaga de la oruga procesionaria, especialmente virulenta este año en Mallorca.
El Servei de Sanitat Forestal del Govern, las utiliza desde hace años en las áreas recreativas, pinos singulares, ermitas y en algunos caminos de algún monte público. Su jefe de servicio, Luís Núñez, explica que «los pájaros insectívoros y los murciélagos son los principales depredadores de la procesionaria del pino», por lo que favorecer su población ayuda, combinado con otros tratamientos tradicionales, a controlar su propagación.
Tradicionalmente solo un 4 % de las larvas de procesionaria llegaban a la edad adulta pero debido al aumento de temperaturas y a la sequía el porcentaje de supervivencia se sitúa ahora entre el 10 y el 15 %. Teniendo en cuenta que cada mariposa pone 200 huevos, la plaga experimenta un crecimiento exponencial.
Además de provocar la muerte de los pinos, devorados por la oruga, la procesionaria es un problema de salud pública. Puede desencadenar alergias graves y es especialmente virulenta para los niños y perros. El Govern y los ayuntamientos son los responsables de la prevención y control en los espacios públicos pero el mantenimiento de los pinos de fincas y jardines particulares es responsabilidad de la propiedad.
Se tienen que colocar, como máximo, dos cajas nido por hectárea en zonas forestales, ya sean pinares, encinares o bosques mixtos. El mejor momento para instalarlas es el invierno (entre enero y marzo) antes de que nidifiquen las aves. Nunca deben tocar el tronco y tienen que estar a una altura mínima de 3 metros, orientadas hacia la salida del sol.
Para situarlas los expertos recomiendan utilizar una percha larga acabada con un gancho. Las casitas se tienen que revisar después de cada cría y limpiarse, a partir del mes de agosto. Si no se hace, las aves no las volverán a utilizar.