En la tarde de este miércoles ha tenido lugar la coronación canónica de la Virgen de la Esperanza, con ocasión del centenario de la Cofradía de Nuestra Señora de la Esperanza y de la Paz, en un acto histórico que ha marcado un hito en la devoción mariana de Mallorca.
En la isla no se celebraba un acto de estas características desde 1967, cuando fue coronada Santa María la Mayor de Inca, ha informado el Obispado de Mallorca.
La Virgen de la Esperanza se convierte así en la primera imagen de una cofradía penitencial y procesional en recibir este reconocimiento, uniéndose a otras figuras icónicas como la Virgen de Lluc (1884), la Virgen de la Salud (1931) y la Virgen del Puig de Sant Salvador de Felanitx (1934).
La solemne ceremonia, celebrada en la Basílica de Sant Francesc de Palma, ha contado con la presencia de fieles, representantes eclesiásticos y autoridades de las instituciones de la isla.
El templo, engalanado para la ocasión, se ha visto abarrotado de devotos que han seguido con emoción este acontecimiento, el primero de esta naturaleza en 57 años.
La ceremonia ha sido presidida por Monseñor Sebastià Taltavull, obispo de la Diócesis de Mallorca, quien ha impuesto la corona sobre la imagen mariana, un gesto cargado de simbolismo que reconoce la profunda veneración popular hacia la Virgen de la Esperanza.
La coronación canónica es un privilegio reservado a imágenes marianas que cuentan con una tradición consolidada de devoción y culto entre los fieles.
El presidente de la Cofradía, Pedro Barceló, ha subrayado el significado espiritual de este momento y ha explicado que la coronación canónica «reconoce nuestras debilidades como seres humanos y rinde homenaje a la Santísima Virgen María, Madre de Dios, quien se entregó por completo a su Hijo y a su obra redentora».
Durante la ceremonia, la imagen ha lucido la corona de salida tradicional, una pieza de orfebrería neobarroca de oro, que adorna a la Virgen cada Semana Santa en sus procesiones.
La corona, de tipo real, cuenta con una canastilla decorada con seis florones en forma de hojas de apio, alternados con seis puntas más bajas y coronada en la parte superior por un orbe cruzado.
Al acto han asistido representantes del Parlament, del Govern, el Consell de Mallorca y el Ajuntament de Palma, así como presidentes de cofradías y miembros del clero.
La ceremonia ha estado marcada por la solemnidad y la emoción, consolidándose como un acontecimiento histórico que quedará grabado en la memoria colectiva de los mallorquines.