La Unidad de Neonatología de Son Espases atiende a más de doscientos bebés prematuros cada año. Bebés que vienen al mundo con menos de 36 semanas de gestación, e incluso por debajo de las 28 en los casos más severos.
Es una unidad dónde la palabra esperanza se puede leer en cada gesto de las madres y de los padres, y en los guiños y sonrisas de los más de cien profesionales sanitarios que trabajan con ellos.
Médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería, psicólogos, e incluso voluntarios, asisten, organizan y gestionan esta unidad del hospital de referencia de Baleares, dónde se derivan los casos más complicados de toda la Comunitat.
El doctor Pere Balliu, jefe del servicio, explica que la primera causa de prematuridad es desconocida pero sí está relacionada con factores «como los antecedentes familiares, haber tenido prematuros anteriormente, la forma de vida de la gestante, las condiciones laborales, y la edad de la madre, por ser demasiado joven o mayor...», expone.
Reconoce que el retardo en la gestación, con una población que cada vez retrasa más la maternidad, aumenta las posibilidades de tener un parto prematuro.
Respecto a las los riesgos y patologías más comunes de los bebés prematuros, el especialista aclara que tienen que ver con la inmadurez funcional de sus órganos, no completada en el vientre materno. «Suelen presentan problemas respiratorios, cardiológicos, digestivos, hemorrágicos y mayor riesgos de infecciones», aclara Balliu.
Evidentemente este grado de inmadurez funcional está directamente relacionado con las semanas de gestación. Con menos de 24 semanas, el nivel de supervivencia se sitúa en torno a un 50% aproximadamente. A partir de las 28 semanas, se eleva hasta el 90%. Unas cifras impensables hace décadas que son reflejo de los grandes avances médicos y tecnológicos de estas unidades especializadas.
«Lo mejor que le puede pasar a un prematuro es no serlo», expresa contundente el jefe del servicio. Y el trabajo comienza ya en el periodo de gestación «retardándolo todo lo posible, aunque sean días, o una semana más, son importantes y se notan», explica.
Balliu reconoce que la prematuridad conlleva riesgos importantes, y que los niños tendrán un seguimiento médico que en ocasiones se prolongará durante años, muchos serán crónicos, pero cada vez hay más esperanza y mejores pronósticos.
Día mundial del prematuro
Hoy, 17 de noviembre, se celebra el Día Mundial del Recién Nacido Prematuro, una jornada para concienciar sobre esta realidad, dar visibilidad y sensibilizar sobre las necesidades y derechos de los bebés prematuros y de sus familias, que sin duda tienen que enfrentar uno de los momentos más difíciles de su vida.
Gestionar el impacto de un nacimiento que no se corresponde en absoluto con el parto esperado. Aceptar los riesgos. Vivir durante semanas, incluso meses, entre el hospital y la casa, a la que vuelven día tras día sin el hijo recién nacido. Acostumbrarse a la distancia de una incubadora y a ver al bebé conectado a tubos y máquinas es abrumador.
Apoyo a las madres
Por ello, esta unidad asistencial del Hospital Universitario Son Espases no estaría completa sin la figura de psicólogos enfocados en la salud mental y emocional de las madres.
«Es una situación que genera estrés y ansiedad, mucho miedo y preocupación, emociones muy complicadas para los padres», explica Lydia Gómez, psicóloga clínica perinatal.
«Se pone el foco en el bebé, porque evidentemente es quién está en riesgo, pero es muy importante acompañar a la madre en todo este proceso, para que pueda llevar lo mejor posible está situación, por su propio estado emocional y porque, además, bajar el estrés y la ansiedad mejora la lactancia, la conexión y el vínculo con el bebé», aclara.
Desde que se puso en marcha este servicio pionero en la Unidad de Neonatos de Son Espases, a finales de 2019, se han atendido a unas 300 mujeres, a las que además del acompañamiento durante el tiempo de ingreso del bebé, también se les hace un seguimiento cuando son dados de alta.
«Se les ofrece apoyo psicológico después para continuar ayudando en la gestión de emociones, para mejorar la experiencia entre madre e hijo, la vinculación entre ambos. Con ello, prevenimos también problemas de salud mental en edad infantojuvenil», aclara Lydia Gómez.
La psicóloga reconoce que en estos momentos se atiende a las madres que más lo necesitan, con situaciones más complicadas «pero nuestra idea es poder llegar a todas y seguir creciendo».
Porque el estado emocional de la madre, desde el embarazo y hasta después del parto, es fundamental en el desarrollo de los bebés. En este sentido, existen numerosos estudios que confirman que los vínculos afectivos mejoran notablemente la salud física y emocional de los recién nacidos. Y que los factores socio-familiares influyen directamente en la morbilidad de los niños nacidos prematuramente.
Gratitud, es la expresión más repetida por todas las madres, padres de prematuros hacia la atención recibida en Son Espases. Satisfacción, es la que comparten los profesionales con cada alta.