T Golf, inaugurado en 2015, se sitúa a las puertas de la celebración de su décimo aniversario exhibiendo su compromiso con la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente haciendo un uso exclusivo de agua regenerada para el riego de sus instalaciones. El recurso procedente de la
ERA Santa Ponça, donde se transforma el agua residual en agua segura y apta para el riego agrícola y campos de golf, contribuye a preservar las reservas de agua potable de consumo humano en el sistema puesto que en otro caso su destino sería el mar.
No obstante, T Golf apunta que la procedencia del agua es solo una parte de su estrategia sostenible. El campo se encuentra en la vanguardia en la gestión de recursos hídricos y ambientales, gracias a un equipo de greenkeepers, respaldado por software de última generación. El sistema combina tecnología avanzada y naturaleza para maximizar la eficiencia. El agua que recibe el campo se filtra y mejora de manera natural en sus lagos y cascadas y luego es preparada para su distribución a través de un sistema automatizado de riego.
El sistema, controlado por satélites y apoyado en datos en tiempo real de la propia estación meteorológica y sensores distribuidos en el campo, permite aplicar la cantidad justa de agua que el terreno necesita, evitando desperdicios y minimizando el impacto energético. Al optimizar el uso de agua y se reduce el empleo de productos fitosanitarios. T Golf se encarga de realizar análisis biológicos periódicos para asegurar la salud del campo y su entorno.
El compromiso con la innovación ha llevado a integrar la inteligencia artificial (IA) en la gestión preventiva del césped, anticipando posibles eventos no deseados y mejorando la capacidad de respuesta.