Colchones, mesitas de noche, sofás, mesas, sillas, toallas, cortinas, albornoces...estos son algunos de los objetos de los hoteles de Baleares a los que el programa ‘Fem que Circuli’, de la Fundació Deixalles, da una segunda vida. En tan solo tres años, esta pionera iniciativa ha tenido una gran acogida dentro del sector hotelero: «Nos quedamos cortos enseguida. Desde hace poco contamos con un nuevo almacén en Llucmajor, que no está abierto al público, para cubrir la demanda y aún así no lo logramos», explica Juan Gayà, responsable del programa y técnico de Medio Ambiente de la Fundació.
Desde su puesta en marcha la entidad ha hecho recogidas en 242 hoteles de Mallorca y Eivissa, principalmente en los municipios de Palma, Sant Llorenç des Cardessar, Alcúdia y Calvià, y ha firmado 57 convenios de colaboración con diversas cadenas hoteleras.
Desde 2022 se han recogido 416 toneladas de objetos; 119 ese mismo año, 194 en 2023 y 103 en lo que va de este año, aunque hay que tener en cuenta que la temporada de recogidas grandes ha comenzado esta misma semana y todo apunta a que se volverán a registras cifras récord. La mayor parte de lo que se recoge, un 83%, son muebles y objetos voluminosos como colchones y sofás; un 10% es ropa de cama, toallas, cortinas y otros textiles; y un 7%, aparatos electrónicos, vajillas y objetos de decoración.
Desde la entidad se muestran muy satisfechos con la labor que desarrollan a través del programa, pues «el 95% de los que recogemos se reutiliza», lo que supone a su vez evitar la emisión de 1.600 toneladas de CO2 a la atmósfera. Y es que, el material recogido se acondiciona y se pone a la venta en las distintas tiendas de la entidad. Además, existen dos talleres de upcycling de muebles y artículos textiles. «Mucho del material que llega está repetido, con los talleres se transforman los objetos para que tengan otra cara», dice Gayà. El de transformación de muebles está en Manacor y el de ropa, en Palma.
Agustina es la monitora del taller de costura que se encarga de convertir las telas que llegan en bolsos y neceseres. «Llegan muchos cubrecamas o telas de carteles publicitarios. Vemos qué podemos utilizar, hago los diseños y los usuarios del contrato de inserción lo reproducen», explica Agustina.
Algunas de las creaciones se ponen a la venta a través de una página web, en las tiendas físicas o directamente mediante pedidos concretos que hacen las empresas. «Ahora estamos trabajando en un catálogo de Navidad con llaveros o tote bags hechos a partir de tela reutilizada».
Además de dar una segunda vida al material hotelero, esta iniciativa ha permitido la creación de seis nuevos contratos de inserción laboral y tres contratos ordinarios, como el de los conductores que llevan los camiones de recogida. «La alta demanda no ha obligado a contar con más personal», admite Gayà.
Toni Tur es uno de los trabajadores que han firmado un contrato de inserción laboral con Deixalles, los cuales tienen una duración de tres años. Posteriormente el usuario tiene que estar preparado para incorporarse al mercado laboral ordinario. «Llevo algo más de tres años de contrato, porque estoy cubriendo las bajas de otros compañeros», dice Toni. Trabaja en la nave que tiene la Fundació en la calle Cedre. «Normalmente lo que hago es estar pendiente de cómo está la tienda y voy reponiendo. Si faltan muebles, voy rellenando los huecos con el material que nos donan. No se pone todo, primero se hace una criba. De los hoteles nos llegan sobre todo colchones y muebles y suelen ser de muy buena calidad», narra.
Morir de éxito
Con el nacimiento de este proyecto, los hoteles que realizan reformas o renuevan su mobiliario cuentan con un servicio gratuito con el que pueden deshacerse de éste de una manera más respetuosa con el medio ambiente. «Son los establecimientos los que contactan directamente a Deixalles», asegura la coordinadora de proyectos de la FEHM, María Durán. «Una práctica que cada vez va a más y que pone de manifiesto el interés de los establecimientos hoteleros por la mejora continua», afirma.
Este gran interés está haciendo que la capacidad de almacenaje de Deixalles vaya menguando por momentos. «Dada la buena acogida que ha tenido ‘Fem que Circuli’, en adelante, tenemos los retos de implicar a más hoteles, ampliar nuestro espacio de almacenaje y diseñar, transformar y producir objetos que el sector necesita para impulsar una economía circular y local en las Illes Balears», indica la directora de la Fundació Deixalles, Xesca Martí.
Por ello, insiste en la necesidad de contar con más apoyo económico puesto que los recursos de la entidad social son limitados. Cabe destacar que pese a la gran cantidad de donaciones que recibe la entidad del sector hotelero, lo que más hay acumulado en los almacenes es ropa. Montañas de bolsas llenas de textiles.